Martha te espera
Como decía Elliot Erwitt. “Los Perros son como la gente, sólo que con más pelo” Perros hay de todas clases. Chiquitos. Grandes. Medianos. Peludos. Con escaso pelo. Con peinados complicados. Que botan pelo. De patas largas. Cortas. De rabo. Sin rabo. De oreja. Sin oreja. Hasta los hay de hocico chato. De mucho ladrar. Silenciosos.
Y no es nada más la parte física lo que hace que la especie canina sea tan amplia como la humana. Es también lo emocional. Perros los hay complicados. Desenrollados. Histéricos. Exigentes. Reservados. Regalados. Malhumorados. Selectivos.
A veces depende de la raza. A veces depende de la vida que han vivido. Tal cual como los humanos.
Lo que realmente diferencia al perro del hombre, es su capacidad para ser incondicional. Es ese estar allí como dice Carrey Bradshaw “no matter what.” No importa si te caes de culo o de cara. Si robas un banco. Si dices mentiras. Al perro no le importa si dices groserías. O si te engordaste tres kilos en navidad.
Aunque puedes tener por seguro de que si estás en plena crisis de anorexia, y te adelgazaste cinco kilos que te dejaron en el hueso, tu perro se va a deprimir contigo.
Si tienes miedo tu perro se va a asustar. Lo va a sentir. Si tienes sueño él duerme contigo. Si te provoca salir a trotar, no habrá nadie más feliz. No existe que el perro se amargue porque te ve amarrándote los zapatos de goma. Así sea un Carlino que se empieza a ahogar cuando da dos pasos.
Claro, que existe un perro que agradece y ama más que ningún otro. El rescatado. El que ha sufrido. Tal es el caso de Astro. Ese “labrador con algo” que vive conmigo y a quien todas las semanas le pregunto enamorada, si quiere ser mi novio. Mi esposo lo rescató hace ya más de diez años. Y la verdad es Astro es algo del más allá. Tiene una sensibilidad que no tienen los otros enanos.
Y no es que sea más fiel que los otros, es simplemente que él sabe lo que es no tener a nadie. Y te valora. Te valora más por el simple hecho de saber lo difícil que es vivir sin ti.
Es por eso que al mestizo, lo que le falta en pedigrí le sobra en corazón. Y además lo compensan con inteligencia. Es como si supieran que no te pueden comprar siempre con su aspecto físico. Porque muchas veces tiene lunares en la lengua, o unas patas que no van con su cuerpo. Orejas demasiado largas. O una cola de arco que apunta hacia su extraña cabeza.
Estos perros son más obedientes. Hacen más trucos. Se pegan más.
No sé cómo explicarlo, pero el mestizo. El rescatado. El que salvas. El que le dan un chance de demostrar que el mandamiento de todo perro es “Amarás a tu amo más que a ti mismo.” Lo cumplen, una, dos y tres veces más que cualquier otro perro.
ESTE POST ESTÁ DEDICADO A MARTHA. ESPEREMOS QUE PRONTO ENCUENTRE UN HOGAR QUE LA MEREZCA DE VERDAD.
Y no es nada más la parte física lo que hace que la especie canina sea tan amplia como la humana. Es también lo emocional. Perros los hay complicados. Desenrollados. Histéricos. Exigentes. Reservados. Regalados. Malhumorados. Selectivos.
A veces depende de la raza. A veces depende de la vida que han vivido. Tal cual como los humanos.
Lo que realmente diferencia al perro del hombre, es su capacidad para ser incondicional. Es ese estar allí como dice Carrey Bradshaw “no matter what.” No importa si te caes de culo o de cara. Si robas un banco. Si dices mentiras. Al perro no le importa si dices groserías. O si te engordaste tres kilos en navidad.
Aunque puedes tener por seguro de que si estás en plena crisis de anorexia, y te adelgazaste cinco kilos que te dejaron en el hueso, tu perro se va a deprimir contigo.
Si tienes miedo tu perro se va a asustar. Lo va a sentir. Si tienes sueño él duerme contigo. Si te provoca salir a trotar, no habrá nadie más feliz. No existe que el perro se amargue porque te ve amarrándote los zapatos de goma. Así sea un Carlino que se empieza a ahogar cuando da dos pasos.
Claro, que existe un perro que agradece y ama más que ningún otro. El rescatado. El que ha sufrido. Tal es el caso de Astro. Ese “labrador con algo” que vive conmigo y a quien todas las semanas le pregunto enamorada, si quiere ser mi novio. Mi esposo lo rescató hace ya más de diez años. Y la verdad es Astro es algo del más allá. Tiene una sensibilidad que no tienen los otros enanos.
Y no es que sea más fiel que los otros, es simplemente que él sabe lo que es no tener a nadie. Y te valora. Te valora más por el simple hecho de saber lo difícil que es vivir sin ti.
Es por eso que al mestizo, lo que le falta en pedigrí le sobra en corazón. Y además lo compensan con inteligencia. Es como si supieran que no te pueden comprar siempre con su aspecto físico. Porque muchas veces tiene lunares en la lengua, o unas patas que no van con su cuerpo. Orejas demasiado largas. O una cola de arco que apunta hacia su extraña cabeza.
Estos perros son más obedientes. Hacen más trucos. Se pegan más.
No sé cómo explicarlo, pero el mestizo. El rescatado. El que salvas. El que le dan un chance de demostrar que el mandamiento de todo perro es “Amarás a tu amo más que a ti mismo.” Lo cumplen, una, dos y tres veces más que cualquier otro perro.
ESTE POST ESTÁ DEDICADO A MARTHA. ESPEREMOS QUE PRONTO ENCUENTRE UN HOGAR QUE LA MEREZCA DE VERDAD.
Comentarios
Cuando me entere decidi hacer algo por algun perrito de shelter...Y aqui esta, junto a mi, Krispy, un cacri tan mezclado que podria ser tanto spitz, como terrier y maltes todo combinado. La cosa fue que el me escogio a mi, caminando entre mas de 300 perritos ese dia este enano (que para aquel momento tenia 2 meses) me siguio felizmente a todas partes.
Y aqui estamos jugando a la pelota 700 veces al dia...y fue mi unica compania en uno de los momentos mas duros de mi vida y juntos y acurrucados pasamos las penas.
Vivan los perros! y vivan los cacris! :)