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Mostrando entradas de marzo, 2010

El Amigo

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FOTO: La Zárate Curioso que esta mañana hablando con mi hermana le digo algo que para mí es una máxima en la vida: a los amigos hay que quererlos como son. Uno puede tratar de cambiar a los hijos. Incluso a los hermanos. A los papás. Si el jefe no cambia, tarde o temprano uno busca otro trabajo o resuelve por otro lado. Si la pareja no se pone las pilas lo mandas a que recoja los corotos y coja de las de Villa Diego. Pero, los amigos no. Uno no se sienta con un pana y dice: bueno mira, si tú no cambias, esta amistad la vamos a tener que dejar hasta aquí. Puede ser que te alejes por un tiempo. Que te sientas porque algo te dolió. Incluso que decidas no hablar más nunca con esa persona porque no le perdonas algo o vice-versa, pero de ahí a que te pidan cambiar es otra cosa. Uno los acepta por lo que son. Y la verdad que si uno se pone a pensar, lo que le da color a esta vida. Lo que la hace tolerable. Es sin lugar a dudas, la amistad. El amor es necesario para vivir. Pero sin la amistad,

And Follow My Heart I Did.

Sí. Me están diciendo que si me gusta la cosa. Que si el drama. Que si las razones. Que si el olvido. No para mí es puro y simple como esto: si tú lees en un papel mentiras sobre ti, te defiendes. Yo soy idealista y come flor. Yo soy quijotesca. Creo que en el honor. Creo que la mentira no sirve nada, salvo cuando es una cortesía como: te quedó riquísima la torta. Pero cuando tu agarras a alguien y dices lo que te da la gana como si fueras el dueño de la historia, sin importar a quién estás haciendo daño. No. Así no funcionan las cosas. Yo creo en eso que aquí llaman: un parao. Y yo estoy parada con la palma hacia fuera haciendo señal de stop. Prometí decir la verdad y las promesas se cumplen. La verdad será servida. Y el resentimiento, se agradecería, llevarlo a un diván, que forme parte del mobiliario de un doctor que cobre bien caro. Porque esto no lo empecé yo. Lo continué. Firmé el papel. Lo que quiere decir que la cosa rueda. Yo sigo insistiendo que aquí lo que enredó las cosas

Vuelve el Vicario. En 3 y 2.

Mi frase favorita: todo en esta vida es un trade off. Por eso es que, en la mayoría de los casos, no miro al pasado ni veo hacia los lados. Porque todos estamos en lo mismo. Cada decisión, cada paso, cada escogencia que hicimos y que hacemos implica pros y contras. Nada es ganar, ganar. Ni el trabajo que soñaste, ni el riesgo asumido con o sin razón, ni haber conseguido eso que tanto esperabas. No hay melodía respetable sin bemoles. La vida es así. Bien. Eso lo entendemos. Seis líneas y no tengo que decir mucho más al respecto. El problema está en el paso a dar. En el momento previo. Ese momento en el que uno se siente en el 3 y en el 2. El dos es chévere pero el 3 también. Y uno siempre aspira al número más alto, pero, no podemos olvidar que a veces menos es más. ¿Entonces? Con cúal te quedas, con el 3 o con el 2. Me explico: no sé si acuerdan, porque tengo mucho tiempo que no hablo de esto. Es más, muchos de ustedes ni sabrán a qué me refiero. El vicario me volvió a llamar. Es más y

95 en 35

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Esta mañana en un período de 35 minutos conté un total de 97 motorizados. Entre esos había un Guardia Nacional, con traje verde, botas enormes. Las letras GN en la parte frontal de la moto. Tenía un casco gigante. Demasiado grande. Parecía un soldado alemán de la segunda guerra mundial. Hubo varios que pasaron de a dos. Ninguno con casco. Cuando se alejaban podía ver sus cabecitas rapadas. Parecían malandrines inofensivos. No pasaban de 17 años. La moto era mínima. En una moto un poco más grande iba una mujer sin casco. El pelo largo. Parecía la Xena de la Ciudad de la Furia. Pensé, me gustaría conocerla. Seguro tiene un nombre como Valeska y cuando hable de ella será para decir, ¿sabes Valeka?, mi amiga que tiene una moto. Ella monta moto sin casco y no le ha pasado nada. Y me van a decir, seguro los demás motorizados le dicen de mamita para abajo. Y yo contestaré que estoy segura que no. Algunos sí. Pero la mayoría le tienen miedo. Con Xena no te metes a menos que lo diga el libreto

Esto no es El Niño. Es el Preescolar Completo.

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Llevaba gran parte de un post escrito. Pero lo borré. Tengo que parar. Así no me puedo concentrar. Hace demasiado calor. No sé qué está pasando. Tengo varios días sintiéndome mal. Creo que el hecho de que mi cena consiste básicamente en chocolate negro, no ayuda. Pero la verdad, no creo que sea eso. Sí. Para los que viven en países de cuatro estaciones los calores extremos son normales. Pero hay que tomar en cuenta que ustedes durante esas fechas cierran todo y se largan. Las ciudades parecen el set viejo de alguna película, que espera que al hacerse famosa los turistas la visiten. No hay casi comercios abiertos. No provoca hacer nada. Es que el calor es horrible. Pega. Aturde. Zarandea. Cansa. Genera mal humor. No provoca nada. Provoca dormir. Pero dormir con calor es imposible. Cuando uno se despierta sudando, así esté más sano que una cosecha de zanahorias, uno siente en medio del sopor que tiene fiebre. Sudar es de cochinos, de hipertensos y de moribundos. O de amantes. Pero es que

Mis Amigos Famosos

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Es domingo. El tema Chávez está agotado. El momento Martha Colomina pasó. Ya se habló y se rehabló de todas las modalidades nuevas de secuestro, asalto y robo a mano armada. Y se crea en la sobremesa ese silencio que hace que la tía más vieja diga, “Ay. Pasó un angelito.” ¿Qué queda para hablar? De los famosos. No importa sin son artistas de cine, miembros de la realeza europea, deportistas, políticos extranjeros o intelectuales de moda. El tema es hablar de los famosos. Se deja de lado lo filosófico y lo profundo, no se va a hablar del impacto que tuvo el último discurso de Obama, sino de cuán combinada estaba su cortaba con el vestido de su esposa. Cuando hablamos de los famosos todos tenemos una Chepa Candela por dentro. Y por más que uno sea de esas personas que engolan la voz y dicen cosas como, yo no veo casi televisión o yo jamás compro la ¡Hola! Lo cierto es si se habla de Paris Hilton hasta el gato está claro que no se está hablando de un hotel en Paris. Es que todos tenemos u

Los Tiuno

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Los tiuno. No sé por qué para mis contemporáneos los tiuno han sido más fuertes que los enta. Hay muchas maneras de verlo. Cuando nací Luis Herrera era presidente, parece como si estuviera hablando del Pleistoceno. Por otro lado si pienso que estoy apenas entrando a la tercera década de la vida, parece poco. La verdad es que yo estoy contenta con la vida, aunque confieso que soy de esas personas que siempre están esperando el paso del tiempo. Así como uno a los 16 no podía aguantarse las ganas de cumplir 18. No es que me muera porque lleguen los 35, pero la verdad es que estoy comenzando lo que yo creo que es mi carrera literaria y la verdad que me muero de ganas por saber si voy a lograrlo o no, por llegar a ese punto en que ya pueda de lleno y con la cabeza en alto decir: soy escritora. Por ahora sigo siendo una persona que le gusta escribir y que intenta dedicarse a eso. Lo que si tengo que decir de los tiuno es que han sido un poco raros. Ayer fui un día extraño. Fue un cumpelaños

A Punto de Bloqueo

Estoy a punto de declarar bloqueo. Es lo que pasa cuando uno deja ir las ideas. Esta mañana tenía clarísimo lo que quería hacer. Lo que quería decir. Ahora nada. No tengo personaje. No tengo historia. Lo que tengo es una vaga revisión del baúl de mierda de mi pasado a ver si de allí saco un diálogo. Qué vaina tan seria. Le puedo echar la culpa al Twitter. Pero la verdad es que Twitter es más bien una fuente de ideas. Además, para alguien como yo, adicto a la verborrea, no está de más practicar la expresión en 140 caracteres. El punto es que para mañana tengo que terminar un diálogo y no estoy ni cerca. Miento. Sí lo tengo. Porque si algo tengo yo es que en 10 minutos puedo soltar una cantidad de cosas que dejan a mi esposo diciendo: ¿cuánto tiempo te tomó escribir eso? Sí. No fue casi nada. Lo admito. El problema es que es que escribir no es matemáticas. No es cuestión de me siento y sumo dos y dos y listo. Están las musas. Está la creatividad. Está ese momento que esta mañana me vino

La Desesperanza.

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Hoy me ataca la desesperanza. Me aterra. Me aterra pensar que dentro poco estaremos viendo estos días y pronunciando aquella frase odiosa de éramos felices y no lo sabíamos. Me aterra pensar que con todo a punto de colapsar, en un país donde salir a la calle requiere bolas, o al menos un avanzado sentido del azar, de que no te importa jugártela, donde no hay agua, no hay luz, escasea todo, el gobierno, el vecino, todo el mundo te quiere joder, para llegar de un lado a otro de la ciudad hay que hacer magia. Me aterra pensar que eso en algún momento será un escenario preferido a otra realidad aún peor. No veo salida. Y me preocupa porque lo estoy viendo como los suicidas. Sin posibilidades de ningún tipo. Me preocupa sentir que no puedo vivir ni aquí, ni allá, ni acuyá. No me veo en otro lugar. No me veo en otras calles, con otro acento, no me veo sin el Ávila. No siento que me puedo apropiar de otra tierra. Hacer mío otro lugar. Echar raíces. No sé si pueda ver a mi hija crecer en otro

Día de la Mujer

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No soy de estar celebrando el día de la mujer. De hecho este es el primer año que le hago caso a esta historia. Con o sin razón. Quizás sea una falta de fidelidad con el gremio. Lo cierto es que no soy una feminista radical, ni mucho menos una mujer machista. Yo soy un espíritu libre. Yo creo en las diferencias, pero también creo en la libertad y en el respeto. Y en cuanto al tema del machismo y el feminismo me rijo por aquel dicho de que lo que es bueno para el pavo, es bueno para la pava. No hay que rebuscar mucho más allá. El tema de la mujer no está fácil hoy en día. Se supone que somos liberadas, pero yo siento que tenemos unos grillos enormes en los tobillos. La sociedad ahora no sólo pide perfectas amas de casa, pide madres tiempo completo, pide profesionales de primera, pide altos niveles educativos, pide embarazos sin gordura, pide ejercicio sin esfuerzo, pide despertares con maquillaje, pide piernas sin celulitis, pide cultura general, pide pelo precioso, pide uñas perfectame

Caruao

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Fotografiando

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Esto lo tenía prometido. Por ahí vienen más. UNA DE LAS DEL DIABLO GUARDIAN

De Vuelta a la Blogosfera

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Alguien me llama y dice: - ¿Qué más? ¿Qué tal todo? - Bien. Todo igual. En lo mismo – Contesto. Después de media hora de conversación tranco y pienso. No. No es cierto. No todo sigue igual. Aunque sí estamos, más o menos, en lo mismo. Desde que se fue internet, hace casi una semana, pasé un día en la costa tomando fotos. Una experiencia increíble. Vaya la cuña para Roberto Mata, que creo que le voy a empezar a vender el espacio en el blog. Secuestraron a Juan. Sí. Secuestraron a Juan. Lo devolvieron. El mismo día. Después de robarlo. No sé por cuál parte del cerebro debo procesar la noticia. Realmente no sé. Mi hija aprendió a tirarse de la bañera para afuera. Mi prima regresó de Guatemala. Con trabajo. Después el trabajo no se le dio. Un tipo la jodió. Uno de esos hijos de puta que hay en todos lados. Mi cuñado cumplió 50 años. Me reencontré con Dire Straits. Hice el final de Digital 3. Comencé iluminación. Metí a mi hermana en iluminación. Me compré un libro de filosofía de Sabater.

Sin Internet

Estoy sin internet desde el miércoles. Es como vivir en otra era. Los ruidos de mi casa son distintos. Soy una persona diferente. Una persona que no puede chequear sus emails. "Te lo mando por correo" (electrónico) no sirve para mí. Y no servirá hasta que el técnico del teléfono entre a mi casa con sus herramientas, y arregle el problema. ¿Será mañana? ¿Será pasado? No lo sé. Tuve esta pequeña oportunidad de meterme en internet. Avisarles que estoy incomunicada. Que soy un ser de hace diez años o más. ¿Hace diez años ya había internet? Ya no me acuerdo. Ya no me acuerdo de la primera vez. Esa virginidad no la registré. Lo único que sé es que veo la computadorcita que debería tener un mundito y tiene una equis amargada y antipática, que me dice "no te vistas que no vas." Cuando abro el mozilla me sale un mensaje que básicamente dice "anda a lavate ese paltó." Qué horrible es estar sin internet. Tener que twittear por Uber Twitter. Acostarme en la noche pens