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Mostrando entradas de agosto, 2012

No es fácil ser mamá

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El otro día estaba con una amiga y le pregunto, ¿tú qué estás haciendo? Y ella me dice, bueno estoy de mamá, cosa que siempre hace que la gente te vea con cara de, te tiras todo el día a ver televisión, te haces las uñas, y bueno vamos a no decirlo, pero sabemos que lo estamos pensando, te sacas los mocos y los tratas de pegar del techo. No haces nada. Siglo pasado. A lo sumo años veinte. Tú haces del mundo un lugar menos moderno.  Yo confieso, ante Dios todopoderoso y ante ustedes hermanos, que  yo solía también juzgar muy duro a este tipo de mamás. Y además confieso que lucho. Lucho. Lucho por no serlo. Por razones que voy a explicar ahora.  El caso es que si antes de tener hijos alguien me hubiera dicho que ser mamá era así de complicado yo le hubiera torcido los ojos e invitado a abrir las páginas de los periódicos pensando, mira, difícil hallar la cura del cáncer, difícil resolver el conflicto en Syria, o el tema de la rebelión Tuareg en Mali. A ese muchacho dile no es

50 Sombras de Gray. ¿Quién somete a quién?

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Creo que he leído más reseñas y artículos sobre el fenómeno: 50 Shades of Gray, que las páginas que ocupaba la historia. Sí. Es trillada. Pero igual uno lee porque quiere saber qué pasa. Desde lo rosado y desde lo rojo. Lo rosado siendo el lado femenino que te dice que quieres ver a la princesa quedarse con el príncipe, porque eso es lo que tenemos en el chip. (Creo que todavía no estamos listos para el divorcio de Cenicienta y el Príncipe, y que resulte que el Príncipe diga, coño, narizona y todo. Amargada y todo. A mí siempre me gustó Griselda. Porque que lo digan varias de mis amigas, eso esta pasando y que jode. Mira a Carlos y Camila. Más nada.) Lo rojo siendo, el morbo por leer, y lo que es más ver, de la mejor manera, es decir en la fantasía que genera la lectura, las escenas casi porno de las que todo el mundo habla.  Le he dicho a mucha gente y lo repito, como porno sería bastante aburrido. El tema es que la lectura siempre supera cualquier otro medio, porque al fina

Nueva Etapa

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Ok. Voy a decirlo. Estoy fastidiada de hablar de mí. Pero muy aburrida de hablar de mí. Irónico, nada más el comienzo de este post es sobre mí. Pero es que tengo que decirlo. Llevo semanas pensando voy a escribir sobre esto…ok, no sobre aquello. Sobre la mujer que vi en el mercado. Sobre la antipatía de las aeromozas. Sobre el sabor del café. Sobre las ganas de comerme una ración extra de postre después del almuerzo. Todo es maravilloso. Y puede ser que de para post entretenidos. Pero estoy como cansada. Eso es lo que me pasa.  No sé si es que estoy a las puertas de una crisis existencial, o como dice mi mamá, que suele ser el Oráculo de mi vida, más bien saliendo. Estas seis semanas de reflexión te hicieron bien, me dijo cuando llegué, porque yo le dije, mira sabes qué. Es que, creo que estoy tratando de abarcar demasiado, y decidí que hay algunas cosas que aunque amo y quiero ser, tengo que dejar para después.  Antes de irme a París terminaba los días en un estado de agot

¿Tú qué crees que va a pasar el siete de octubre? ¿Estás optimista? ¿Cómo ves la cosa? ¿Tenemos chance?¿Hay un camino?

Bueno mira, hasta dónde yo sé esto es lo que va pasar. Dos semanas antes el país se va a paralizar. No. No va a ser a lo Jurassic Park, no va a pasar un Velociraptor por el Centro San Ignacio comiendo gente, pero igual, todo se va a paralizar. Nadie va a querer trabajar. Olvídate de pedir presupuestos, nadie te los va a garantizar. Ni se te ocurra encargar alguna pieza, comenzar un trabajo que tenías pendiente en la casa, ni hablar de las clases, porque los colegios van a preferir mandar a todo el mundo para la casa, retrasar el comienzo de las clases, porque entonces los papás histéricos se amotinan, y el Plan República presiona, y varios maestros no llegaron de vacaciones a tiempo porque ¿para qué? Si igual al menos dos días antes y dos días después de las elecciones no habrá clases. Para eso arrancamos el 14. No metas el carro al taller, el mecánico no te va a conseguir los repuestos, no le va a ir el personal. Todo se va a encarecer un poco más, porque los transportistas aument

Los días que siguieron

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Pasó demasiado rápido. Volando. Y si no escribí. Si no mantuve el recuento detallado de los días al mejor estilo, hoy vino de nuevo el señor del perro, nos hablamos, el perro se subió a mis piernas llorando por un pedazo de mi comida y una caricia. Es oficial, somos amigos. Fue porque tenía demasiado que escribir. Fueron poco menos de cuarenta y cinco días. A veces con sus noches, otras no tantas. Eso siempre depende. El saldo es de una cien páginas aproximadamente. Me pasa algo peligroso, es la primera cosa que escribo y que me gusta releer. Lo que no le quita el hecho de que en ciertos lugares haya dicho, no te vistas que no vas, estas páginas van para afuera. De hecho. Cuando son las 5:00 exactas en el reloj de la computadora. Café humeando en la mesa. Los codos bien apoyados sobre cojines para evitar dolores de espalda, las piernas cruzadas, me dispongo a volar todo el primer capítulo y a volverlo a escribir porque ahora tengo una idea mejor. No lo voy a borrar. Simplemen