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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Trabajando

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Así que todo el mundo se fue de vacaciones y yo me vine a trabajar. Encontré un lugar en el centro de comercial cerca de donde dejos a mis hijos. Hago un paréntesis, los dejé en una guardería pegando gritos. Estoy segura que todos los libros de psicología dirán que soy la peor mierda del mundo, que los dañé y que el día de mañana van a hacer parias de la sociedad, de esos que les tiran el carro a la gente, no pagan impuestos, tiran papeles en el piso, dicen groserías, son maleducados y andan por la vida con rabia interna. Ya saben la causa: su mamá los dejó en una guardería para irse a terminar su novela. Esto es el peor cliché del escritor. Lo digo por la vista de las montañas, la nieve, la mesa alta en la que estoy sentada, el café, el hecho de que aquí a todo el mundo lo tratan de usted y el señor que hace le café me saludó de tú, y que esto no es un café es un bar. En un extremo está la cónsola del DJ. Atómica. Más allá está un privado, con sillas grises

Sobre el avance de la novela

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Y cuando son las 06:28 de la mañana, después de arrancar el día con algunos posts en Facebook yo comienzo a escribir el capítulo .50 de esta historia, cuyo título les daré muy pronto. No puedo describir la sensación. Estoy escribiendo esto, ya muy cerca del final, no sólo arañándolo, sino que ya en mi cabeza está armado, y está armado de una forma tan sólida que no lo he olvidado, porque ya  me ha pasado la tragedia de haber pensando en algo que al no anotarlo se me olvida. Sin embargo, ya con esto pasé por el trance, el doloroso trance de saber cómo va a terminar, a dónde va a llegar, y por qué. Imagino que ese será el capítulo más fuerte que escribiré tal vez en toda mi vida, y lo que es más, lo que más me emociona es que es insospechable, era insospechable para mí, y no sé si eso haga mejor a la novela, pero he hecho el viaje junto a la protagonista. Investigando sobre espacio y música. Eso les adelanto. Literatura espacial llena de música, así que se los ad

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Vamos a fundar un cielo. Vamos a abrirnos paso entre la inmensidad de nuestros abismos. Vamos a hacer supernovas. Vamos a cabalgar la galaxia, y a poblarla de estrellas, vamos a hacer una constelación con nuestra leyenda. Vamos a fundar un mito, un planeta, con nuestros nombres, nuestras dimensiones. Vamos a dejar que fluyan en él los caudales alimentados por el desate de nuestras tormentas. Vamos a dormirnos bajo la inclemencia de nuestros soles, ardientes, explosivos, cargados de fuegos, vamos a explorarnos, el uno al otro, y vamos a alejarnos a los rincones desérticos de nuestras soledades, esas cuya hegemonía nos gobierna. Vamos a ser libres, vamos a ser el uno sin el otro, cada uno con un bien único: la libertad. Vamos a caminarnos. Vamos a domarnos.  A embestirnos.  A dejarnos.  A herirnos.  A lucharnos.  A llorarnos.  Vamos a hacer explosión. Implosión. Combustión espontánea. Vamos a escondernos en nuestras miradas. Vamos a construir nuestra propia Torre de Ba

Mi Carta a Santa Claus

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Querido Santa, Yo sé que es tarde para escribir esta carta. Ok. Sí yo sé. No me porté bien. Vamos a estar claros, nunca iba a hacerlo. Ok, mírame a los ojos, ¿tú te has portado bien? ¿Qué pasa si te dejas el Facebook abierto?¿Cada cuánto cambias tu calve de gmail? No me vengas con que no tienes una cuenta clandestina, a la que te llegan los correos que no quieres que nadie vea. No me digas que no sigues a Diosa Canales en Twitter y que cuando alguien te pregunta le dices, a mí me parece ordinaria. No me jodas Santa. De verdad. A los nueve, a los diez, cuando comencé a negarte, ok, pero ¿ahora? Creo que ya no. Por eso Santa te escribo, porque a mi me gustaría de una vez por todas que nos dejáramos de pendejadas. Mira, la vida es una mierda, y muchas cosas que nos prometieron resultaron una cagada. ¿Tú me vas a decir no es todo una estafa? La casa, el marido, el perro. La casa está gravada con una hipoteca que la irás  a pagar cuando tengas canas y tetas ca

The National

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Hace un tiempo el Educador Musical se apareció con este grupo llamado The National.  No sé si fue la voz del cantante, Matt Berninger, lo que fue creciendo dentro de mí. No sé si fue la primera vez que le puse atención a la letra de una canción que se llama Patterns of Fairytales , (Patrones de cuentos de hadas),  pero en algún momento me empezó a pasar algo extraño con este grupo. Las canciones sonaban. Yo soñaba. Mi mente se iba a mil por hora. Y algo dentro de mí se movía. Y yo me volteaba, ¿alguien está hablando conmigo? ¿qué me quieren decir? Sí, son ellos, las voces, la música, los instrumentos, el sonido que parece algo que baja de una nube y no que sale de una corneta. The National, en mi educación musical, fue mi primer grupo serio. Fue el primer grupo con el que entendí, con el permiso de todos sus fans, por qué Enrique Iglesias es…un horror. Y no quiero rebajar su trabajo, será chévere para cantar el estrés durante el tráfico o bailar con demasiados tr