Entradas

Mostrando entradas de abril, 2014

Rayuela

Imagen
Rayuela. Ese juego entre voluntad y destino que llamamos cielo. Ese juego cuyo premio es una casilla, tal vez inalcanzable llamada cielo. Una casilla inagotable que es también la más temida. Lo único que importa en la vida es seguir jugando.  Capítulo 7     Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.      Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los

Heavenfaced - The National

Imagen
Sé que escucho mucho The National, y de lejos puedo decir que este es mi grupo favorito. No es sólo la voz, los arreglos musicales, es la poesía. Esta canción es sobre la muerte. Es todo lo que puedo decir en este momento. De pronto, en estos días tan duros me encuentro agarrándome más que nunca de la música de The National, y de estas canciones en general. I could walk out, but I won’t In my mind I am in your arms I wish someone would take my place Can’t face heaven all heavenfaced No one’s careful all the time If you lose me, I’m gonna die How completely high was I I was off by a thousand miles Hit the ceiling, then you fall Things are tougher than we are I could walk out, but I won’t In my mind I am in your arms I wish someone would take my place Can’t face heaven all heavenfaced Let’s go wait out in the fields with the ones we love Let’s go wait out in the fields with the ones we love Let’s go wait out in the fields with the ones we love Let’s go wait out in the fields with t

.50

Imagen
Por dentro metal pesado.  El corazón se precipita.  Se queda flotando.  Los pies siguen el camino, Penando, tras las huellas de las lágrimas.  El mundo sordo, silente, rota sin miramientos.  Los ojos vacíos.  Lo vorágine de lo irreversible nos desgarra.  No hay vuelta atrás. 

¿Qué irá a pasar?

Paso rato por la mañana mirando el techo y me cuesta decidir levantarme de la cama. No sé hacia dónde encaminar mis pasos, ni qué debo hacer. No sigo un orden de ideas y siento que mis metas no tienen sentido. Las cosas que normalmente hago me parecen frívolas, otras inútiles, algunas a destiempo, y pronto siento que me estoy borrando. Miro y escucho, espero en la distancia el rumor de alguna detonación. Según dicen se nos puede volver algo normal. Ciertamente ya no causa el mismo estupor de los primeros días, pero normal tampoco se puede decir que es. Es una costumbre extraña que no se puede definir. Entonces alargo la mano y busco el teléfono y desesperadamente hurgo en la pantalla táctil a ver si consigo alguna respuesta. No sé si intuyo que está pasando algo, si estoy esperando que pase algo, si tengo miedo que pase algo. Es una combinación de todo. ¿Qué irá a pasar? En lo político. En lo económico. En lo familiar. Mientras tanto la vida sigue. Vuelve a amanecer. Un día má

No hay tiempo

¿En qué momento se nos rompió el país así? ¿En qué momento Venezuela se nos convirtió en este inmenso ataúd? ¿Cómo es que la muerte sale así a acechar de esta forma? Con esta voracidad. Con esta  saña. Es un dolor en la bandera y en la historia. Un dolor en las preguntas. No queríamos ser este país. No queríamos, ni queremos ser, esta cuna de violencia. Este discurso que nos fue carcomiendo por todos lados. Este proyecto que nos llenó de armas, de  balas, que se van llevando vidas, familias, futuros. Este país dividido por un odio que ya ni se entiende. Estamos los ciudadanos en una guerra que nunca asumimos, que no tiene ni siquiera un objetivo claro. Esto que ha pasado no es una casualidad, ni un infortunio, es el resultado de años y años de convencer a la gente de que algunos son menos personas que otros. Que vivir no es un derecho que tiene todo el mundo. Que la vida de algunos y lo que tienen es una afrenta y que hay un odio original

Se busca un futuro

Desde hace varias semanas no puedo dormir bien. Doy vueltas en la cama. Despierto de madrugada. No puedo dejar de ver las redes sociales. Esperando. Buscando. El suceso. La peor noticia. Ya de mañana me cuesta mucho abrir los ojos y no puedo evitar sentir una opresión en el pecho. Me pongo a repasar mi día y a veces siento que estoy frente a un cuarto muy desordenado, que tengo que arreglarlo y no sé por dónde empezar. Vivir en Venezuela estos días es algo muy revuelto, requiere de una entereza mental muy grande.  Reviso lo que soy, lo que quiero hacer, mis metas y me siento un ser inútil. La mayoría de mis actividades han sido canceladas. Trato de organizarlas de nuevo, la gente no está de ánimos, o el paso está trancado por una guarimba, o te dicen que ir para esos lados es demasiado peligroso. A eso hay que sumarle que de por sí lo que yo puedo ganar como promotora de lectura es bastante poco. En estos momentos de mi vida no necesito el dinero para vivir. Sin embargo no puedo e