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Mostrando entradas de octubre, 2014

Sin título

Esta mañana recibí la noticia de la muerte de un primo querido. No hay muchas palabras. No hay mucho que escribir. No sé si sea o si pueda narrar ciertas cosas, recuerdos, pensamientos. En general todo eso lo asumo en el terreno de la ficción. No estoy hecha para la crónica estricta de lo que he vivido. Me da tanto miedo fallarle a la verdad, a la vida, que me traicionen los recuerdos, porque uno recuerda como quiere recordar.  En el caso de  Carlos Luis, no sólo es el papá de alguien a quien considero mi morocho, mi consejero de vida, mi confidente, mi socio en toda cantidad de empresas locas, somos cierto tipo de crimen organizado cuya actividad no está tipificada en la ley. El Pepe Grillo hecho a la medida de la vida, un hombro y un espacio. Un incondicional. Ese, que te lo dice, eso que nadie más te dice. Y ya. Palabras más, palabras menos, lo necesario. Y verlo triste, me desbarata. Es mi guerra nuclear.  Inevitable  dar las gracias y putearle a la vida al mismo tiempo. ¿

La felicidad en pote de jabón

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A veces me pregunto si seremos demasiado exigentes, si es cuestión de perspectiva, si es verdad que en toda crisis hay un aprendizaje y un camino para evolucionar. Todo esto gracias a un pote de jabón de lavaplatos líquido que conseguí ayer en el mercado. Me pregunto entonces si no será hora ya de que Las Llaves le de un tinte más filosófico a su campaña de mercadeo. Vamos a estar claros, los venezolanos no compramos el jabón que quita más grasa. No importa si huele a limón, o si tiene extracto de compota de arándano del Japón cultivado por frailes sordos. Es más, no importa si es un producto de Guinea Ecuatorial que huele a diesel de avión y que si te cae en un ojo ni llames al médico, usa el sacacorchos y ve a hacer la cola porque seguramente parches para ojo tampoco hay (Preguntémosle a Dossier en todo caso).   El caso es que compramos el que   hay. Y si hay el que nos gusta, el que en algún momento quisimos, el que ya nos habíamos resignado a no conseguir, (no me toquen el t

¿Eres del tamaño de tus tetas?

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La tarea de Domingo de RMTF ayer me dejó pensando. Entre otras cosas: Importantísimo hacerse la mamografía anual a partir de los 35. Tocarse es importante, pero la mamografía lo es más. Si tienes 35 y no te las has hecho, has la cita, sobre todo si tienes antecedentes familiares. Consulta con tu médico y has la cita ¡Ya! Vamos a empezar por decir que para una mujer las tetas son parte de su historia. No es nada más una talla, una prenda un detalle. Es tanto el material que un post de blog no da. Es un libro. Una novela. Una autobiografía. Un poemario. Un libro de ilustraciones sin palabras. Las tetas forman parte de nuestra historia desde el momento que fueron la puerta al mundo de la mujer, la definición de la sexualidad, hasta lo que hemos invertido en ellas para la maternidad, para el amor, para definir nuestra feminidad, incluso para tantas amigas y familiares una batalla contra la muerte. No siempre ganada. Cuando nacieron mis hijos alguien me dijo: te TIENES que op

La parte esencial del todo

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Gustave Klimt El momento en que Apolo besa a Dafne por última vez antes de que esta se converta en laurel, según la Metamorfosis de Ovidio. Dicen que tanto él como su pareja, Emile Floge posaron para el cuadro, pero no hay confirmación sobre ello. Es  una de las obras más conocidas del pintor austríaco, el apogeo de su "período dorado", entre 1908 y 1909. Es una mezcla de óleo con láminas de oro.  ¿Por qué el amor? No sé si se han hecho la pregunta o si –como yo- llevan años buscando la respuesta. A veces creo que tiene que ver con la crianza, con la sobreexposición aDisney o las telenovelas latinoamericanas. Somos una sociedad dramáticas. Otras veces, generalmente cuando llueve de madrugada y no puedo evitar la tentación de pararme de la cama, luego de un largo período viendo el techo y pensando, “¿qué estoy haciendo aquí?”, termino por darme cuenta que el amor es un motor cuyo engranaje no terminamos de descubrir, de entender.   Qué complejo es su mecanismo. Qué ne