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All You Need is Love

En estos días estuve pensando en la capacidad que tienen algunas películas para emocionarme, como esas en las que Meg Ryan llora cuando por fin Tom Hanks le confiesa que está perdidamente enamorado de ella, o en las que Keira Kneightly escucha las palabras “I love you, most ardently.” Yo sin poder evitarlo me pongo a llorar. No lloro a moco tendido. Son sólo unas cuantas lágrimas, las mismas que se me salen al final de Love Actually cuando el escritor le pide a la portuguesa que se case con él. Ahí sí hay moco y sí es tendido. Me provoca salir corriendo para la calle y parar los carros para decirle a los conductores “¡La portuguesa le dijo que sí al escritor!” Tal vez este sea el género de película que hace a los entendidos arrugar la nariz, torcer los ojos y decir “¡Por Dios!” Un poco como hago yo (cero uno en la boleta lo reconozco) cuando alguien me habla de un Best Seller como uno de los libros que más detesto El Código Da Vinci. Suelo respirar profundo y decir algo com

De Vuelta

Una de las cosas que amo de la fotografía es de las más obvias. Ver una cosa desde distintos puntos de vista. Nunca sabes realmente cuál es el que más te acerca a la verdad. A veces pareciera que acercándote a las cosas las ves mejor, pero basta con que te llegues al cine y te quede como única opción sentarte en la primera fila para que entiendas que a veces cuando tienes las cosas encima no ves nada. A veces hay que alejarse, perderse en otros mundos, darse espacios. Yo creo que sobre todo si uno necesita algo en la vida, es espacio. A veces cuando te alejas ves todo más claro, incorporas más elementos al cuadro y pones las cosas en su contexto. Eso fue lo que hice estos días. Han pasado varias cosas en mi vida que iré contando poco a poco y que quizás hicieron que en un momento dado me sintiera un tanto agobiada, cansada, presionada, hasta el punto que sentarme frente a esta pantalla me generaba la misma taquicardia que me generan más de tres cafés en un solo día. As

Saludos Bloggosfera

Ando un poco perdida. Escribiendo. Escribiendo. Escribiendo. Escribiéndome. Escribiéndote. Escribiéndole. Escribiéndonos. Pensando. Borrando. Recordando. Purgando. Urgando. Revisando. Inventado. Imaginando. Siendo. Dejando de ser. Decidiendo. Volviendo. Gritando. Callando. Escondiendo. Me quedan pocas fuezas para bloggear, la verdad es que todo se me va en los dos proyectos en los que he decidido concentrarme. De haber sabido que esto iba a hacer así me hubiese metido a bombero. Ahora entiendo por qué pasé tanto tiempo tratando de hacer otra cosa. Tratando de dedicarme a algo que fuese más de todo y menos esto. Esto desgasta emocionalmente hasta el punto que no hay cómo explicarlo. A veces me queda al alma como si fuese una pasa. Sacada de una esas cajitas rojas. Negra y arrugada. Escudriñarse uno mismo, meterse en distintos papeles es algo muy complejo. Uno se encuentra y se pierde, se encuentra y se pierde. A veces me siento como el mar. Otras rígida como un árbol. Otras inest

Consejos de Seguridad

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Esto salió ayer en El Universal, bajo el título Para No Ser Víctima. No nos vienen mal a los que habitamos en la Ciudad de la Furia, aunque como en esta ciudad, tienen su lado oscuro. Aquí pongo lo que pensé cuándo lo leí, aunque son buenos consejos que en el fondo vale la pena tener en cuenta. Se los dejo para que se cuiden. 1. Mantenga un perfil bajo . No use joyas y salga en carros discretos, mejor si sale en grupo. Sal pelada de tu casa, ni se te ocurra ponerte el dijecito ese de mariposa que aunque dice Made un China es dorado como una cadena de rapero. Nada de pulseras, ni chucherías, ni zarcillitos, ni nada de eso. Y no se te ocurra regalar ni un “virgencita plis” este diciembre, en este país la medallita va como la procesión, por dentro. Regalar cosas de esas es como decirle a alguien “toma para que te mueras.” Mejor imprime estas regalas y dile, “para que veas cómo te quiero.” Además es mucho más barato. Lo de es mejor si sale en grupo, bueno para la mujer s

Otra Idea Más

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Yo creo que cuando estaba chiquita en el tetero me pusieron aguja de gramófono rayada. Sí, hablo full. Lo reconozco. Es un defecto, y sé que debo fastidiar a mucha gente que me verá y dirá “esta geva tiene que cumplir una cuota diaria de palabras, ¿o qué?” Hablo tanto que me vuelven loca con el: Manu tu deberías tener un programa de radio. Me lo han dicho tanto que he pensado grabar unas cosas en Garage Band y montarlas aquí. ¿Quién sabe? Porque de resto no sé cómo se monta un programa de radio. Ni modo que vaya a Unión Radio y que “Buenas…sí, vengo porque mis amigos y mi familia dicen que yo debería tener un programa de radio.” Me imagino al guardia. “Eee, señorita por favor si es tan amable, pase por aquí.” Claro que estaría señalando hacia la puerta de la calle, a dónde me lanzaría como en las comiquitas. Lo más irónico de todo es que el personaje que más mueve mi “entrada” en la radio es Martha Colomina. Ya les he dicho que me encanta imitar voces y que mi favorita

Las Piñatas o el Origen de la Barbarie

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Manu a punto de zamparle un palazo a Fresita. Hace unos doce años más o menos a mi hermana y a su esposo les salió la oportunidad de irse a estudiar un año afuera del país. Su hijo mayor acababa de cumplir los dos años y como cualquier niño de su edad, a través de cuentos y películas desarrolló esa típica relación infantil con personajes ficticios. Desde Batman hasta el Pato Donald eran verdaderos amigos para él. Cuando por fin regresaron a Caracas, mi hermana estaba emocionadísima porque los habían invitado a una piñata en la que le habían prometido que abundarían los muñecos de Disney, entre ellos Donald. Invitado principal que estaría colgado en todo su esplendor para llenar de juguetes la alfombra de niños que como es tradición esperaría con impaciencia a que se rompiese la piñata. Ciertamente para los niños en nuestra cultura la piñata es algo emocionante. De chiquita, las esperaba con la

Recuento del Añito en el Infierno

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Hace un año resolví tomarme la escritura bien en serio, de verdad ponerle corazón, tiempo, tomarlo como profesión. El reto era "un añito en el infierno" y la verdad es que si el infierno es así, no está tan mal... A ver les cuento lo que tengo: Una novela completa, de género fantasía, público juvenil. O mejor dicho la primera parte porque creo que sigue y da para más. Lo curioso de esa historia es que yo estaba escribiendo otra totalmente distinta, hice una comparación con algo fantasioso y dije, de esta comparación puede salir algo interesante. Y cuando vine a ver tenía veintitantos capítulos. A todas estas les confieso que con esa primera novela, que todavía no tiene nombre pero que yo llamo “Lo de Nalcor” porque ese es uno de los personajes principales, no sé qué voy a hacer. Realmente no sé si la voy a llevar a un editor, si la voy a llevar primero a un corrector, si la voy a publicar aquí bajo el nombre Pera Williams, si Pera Williams abrirá su prop

Resolución Cinematrográfica

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- Chama tienes que ir a ver La Epidermis del Leopardo. - Sí ¿Es buena? ¿De qué se trata? - Bueno un chamo que lo sacan de un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, se le mueren los papás y todos los hermanos. Logran mandarlo a Estados Unidos, y se escapa porque una profesora le pegaba. Total, que lo adopta una familia que lo explota y lo hace pedir limosna y le dicen todas las noches que se portó mal y que por eso lo encierran en el sótano con las cucarachas. A todas estas, bueno el tipo desarrolla un fobia espectacular a los insectos, y tiene unos sueños con las cucarachas y ves aquellas escenas fumadísimas en las que una cucaracha abre las alas, de verdad es algo así como “Kafka meets Almodóvar,” muy fuerte pero arrechísimo. Pero sigo, lo cierto es que el chamo como a los quince años lo va a meter un preso un policía que le tenía el ojo y se escapa otra vez. Está viviendo en la calle y se enamora de una tipa millonaria, la salva de que la pise un ta

Los Gringos que Nunca Existieron

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Hace ya unos cuantos años mis papás se fueron de viaje con unos amigos. Eran tres parejas mis papás, Alejo y Blanca, y Pepe y La Nena, todos parte del grupo de amigos de esos de “toda la vida.” De hecho mi mamá estudió con Blanca en el colegio, es decir se conocían desde que todavía se hacían pipí encima. Y como todo en Caracas, La Nena era medio prima de Blanca, así que todo estaba mezclado hasta más no poder. Total que los seis se habían ido a comer a un restaurante y decidieron pedir un vino que aparentemente era muy bueno. A La Nena, que muy rara vez tomaba, le gustó y bueno...se rasco. Por supuesto pasaron dos días burlándose de la pobre mujer que no podía con su ratón y siguieron con su viaje. Un par de días más tarde se echaron otra rumba que esta vez no pasó a mayores. Mi papá y mi mamá se quedaron más rato caminando por la ciudad, y cuando subieron a su cuarto de hotel se dieron cuenta de que Pepe y La Nena habían colgado de la puerta el bendito letrerito de DO N

Le toca a Mocoso

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No vuelvo más con el médico estoy harto. Me hace esperar hora y media en una sala llena de gente enferma con revistas viejas, usadas, rayadas y rotas en las que no hay modelo que no tenga un bigote de tinta azul. Luego me hace esperar veinte minutos más en el cubículo de consulta, por fin entra, me aplasta la lengua con la paleta de helado, sin dejar de presionarme hasta que está claro que estoy a punto de vomitar. Al terminar me manda a sentar frente a él y me dice que la única solución a mi problema es algo que yo no puedo hacer. Dejar de trabajar en la mina, abandonar el bosque. Soy terriblemente alérgico a no sé qué animal microscópico que vive entre la tierra de la mina, entre los pelos de los venados, a los piojos de los pajaritos y el pupú de las cucarachas. La vida es así. No pude ser alérgico a los gatos o a los perros, a los mariscos o al chocolate, no. Soy alérgico al piojo de pájaro. Se lo dije al médico, no voy a renunciar a trabajar en la mina. Yo a