Resolución Cinematrográfica


- Chama tienes que ir a ver La Epidermis del Leopardo.

- Sí ¿Es buena? ¿De qué se trata?

- Bueno un chamo que lo sacan de un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, se le mueren los papás y todos los hermanos. Logran mandarlo a Estados Unidos, y se escapa porque una profesora le pegaba. Total, que lo adopta una familia que lo explota y lo hace pedir limosna y le dicen todas las noches que se portó mal y que por eso lo encierran en el sótano con las cucarachas.

A todas estas, bueno el tipo desarrolla un fobia espectacular a los insectos, y tiene unos sueños con las cucarachas y ves aquellas escenas fumadísimas en las que una cucaracha abre las alas, de verdad es algo así como “Kafka meets Almodóvar,” muy fuerte pero arrechísimo. Pero sigo, lo cierto es que el chamo como a los quince años lo va a meter un preso un policía que le tenía el ojo y se escapa otra vez.

Está viviendo en la calle y se enamora de una tipa millonaria, la salva de que la pise un taxi cuando caminaba por Nueva York, y termina teniendo un affaire con ella. Total que el papá de la chama es el alcalde de NuevaYork y se une con el policía para tratar de joderlo, lo agarran y lo encierran, le caen a golpes, le cortan un dedo, pero increíble cómo está filmada la vaina y la actuación de Keanu Reeves te mueres. El tipo empieza entonces a soñar con ratas, pero no sabes las escenas, tú sientes cómo las ratas te caminan a ti por los brazos.-

- ¡No vale ya! ¡Alto! ¡Basta! Porfa no sigas.

- Ay…pero qué amargada.

- Yo sé sorry, es que de pana desde hace un tiempo tomé la resolución de que NO quiero ir a sufrir al cine.

- Pero esto no es sufrir. Esto es Kafka Meets Almodóvar. ¿Dices que te gusta la fotografía y no vas a ver esta vaina? Imposible. TIENES que ir a verla, deja la simpleza, no puedes dejar de ver esta película.

Pues no. No la voy a ir a ver. Ni tampoco voy a ir a ver la obra de teatro de la adoctrinamiento de los niñitos no sé qué, que a todo el mundo le encanta. ¿Qué sigue? Que nos pasen un documental en NatGeo de un tipo quemando pollitos recién salidos del cascarón. ¿Por qué no vemos eso?

Me recuerda la vez que recién operada de sinusitis mi hermanita me trajo la primera temporada de 24 y Mistic River. Resultado: después de ver la película y los dos primeros capítulos de “Hello, my name is Jack Bauer, I am here to protect you.” Manu vomitó todos los analgésicos, se tuvo que olvidar de su viaje astral y tuvo que aguantar a pelo el dolor del postoperatorio.

No más películas de niños encerrados y desnutridos, de mutilaciones, de violaciones, de madres desnaturalizadas en las que sales del cine como si te hubieras encontrado un mapache debajo del asiento y se te hubiera guindando de los pelos con las uñas. No más.

Me niego a pasar mis momentos de esparcimiento en cosas que me hacen ir a la cama con la idea de “la humanidad es una mierda” en la cabeza.

Al diantre el cine nuevo y que ahora esté de moda en que al final de la película a la tipa la dejan con los crespos hechos porque “la vida es así.” A mí me hacen el favor y me colocan a la protagonista en un aeropuerto lleno de gente, el protagonista a correr, que casi lo pisen los carros, que llegue cuando la tipa ya se montó en el avión, que burle seguridad pero que corra más rápido que los policías, que entre al avión y grite “Kaatthhyyy!”

La tipa se queda muda. El tipo se le acerca y le dice “Te amo.” “Pero, tú amas a Rachel, te escuché decirlo hace días.” “Sí, dije que la amaba, y siempre la amaré, pero no como a ti, no de la misma forma Kathy. Eres tú. Siempre has sido tú.” Y todo el mundo está así como perplejo, los extras siempre son los peores actores, una maravilla.

Se besan y hasta el piloto aplaude y lo que es más, los pasan a primera y la última escena es una playa de esas en las que yo me quiero morir, y además la tipa tuvo un hijo y ya está en un bikini y parece un angelito de Victoria Secret. Para completar el tipo hace algo que los hombres jamás hacen, le trae traguitos y la conciente.

Será mentira y todo lo que tú quieras. Será chimbo. Será un insulto a nuestro nivel intelectual de gente leída y que se las tira de literata y cultivada. Será un engaño más de un estudio gigante para sacarle dinero a las masas, pero no me interesa. Cuando veo esas películas me río de chistes malos, me olvido de que el amor en este tiempo es una vaina incomprensible, de que las relaciones no terminan en playas de hoteles de cinco mil dólares la noche, de Esteban y su combo, de los Mayas y el fin del mundo.

Y sí, será que uno se vuelve loco, que yo hablo con la gente y la mayoría está, “Santa Maradona, habrá que irse a otro país.” Y yo “¡Pero noooooo! Yo soy el nuevo Carlos Baute, yo me quedo en Venezuela, yo soy moderfackin optimista.”

Pero no ayudan mi optimismo las películas de lágrimas de las que la gente sale llorando directo a llamar al psiquiatra, “¿Dr. Fragachan? ¿Usted no cree que me pueda ver mañana temprano? Es que, de verdad mi crisis existencial acaba de pasar de alerta naranja a alerta roja.

Yo si salgo que sea feliz y contenta, y no me juzguen por eso, por ahora si quiero atormentarme me basta con leer el periódico. Después de todo nuestra existencia en esta isla de locos parece cada vez más la última entrega sórdida del celuloide. Lo que te demuestra que hay que tener cuidado con lo que se desea, tanto que uno dijo “me encantaría estar en una película” hasta el que destino llegó y dijo, “está bien, toma lo tuyo.”

Destino: te hago una corrección, era película mala, de final Disney y si es posible con el sueldo de la actriz principal.

Y bueno sí, de vez en cuando uno ve una película buena así haya que cerrar los ojos y apretar los dientes, pero con la debida preparación psicológica y de día.

Comentarios

Pedro ha dicho que…
Me recuerda dos cosas:

- Hace años llevé a la casa la película City Hall, de Al Pacino. Es un thriller legal/político. Toda la trama arranca con la muerte de un niño en la calle con una bala perdida (a los pocos minutos que empieza la película). Mi mamá dijo "Ah no, yo no voy a ver esta tragedia" y se fue.

- También con mi mamá. Hace unos años estuvo hospitalizada por dos semanas por problemas respiratorios y salió de la clínica cansada y deprimida. Yo alquilé varias películas para que se distrajera, entre ellas About Schmidt, con Jack Nicholson, porque lo habían nominado al Oscar por la película. Tenía dudas sobre si sería una buena opción para mi mamá, así que la vi antes de ponérsela. Qué bueno que lo hice, porque si la veía se pegaba un tiro.
Clara Machado ha dicho que…
Jajaajajajajaj chamo...menos mal, tu pobre madre, yo la entiendo tanto. Hace dos días mi esposo y que mira, vamos a ver esta peli, una cosa ahí con Edward Norton, se veía cómica, cuando a los 20 min le empezaron a caer a coñazos, me paré y me fui. No no no, y Al Pacino que le encantan unos horrores...jajaja, sufrir de gratis cero que se sufre suciente con la vida.
Ira Vergani ha dicho que…
Yo soy generalmente asi aunque sin darme cuenta siempre que escojo yo las pelis terminamos moqueando. Solo he ido a ver pelis de tragedia total a plena conciencia cuando me he estado sintiendo mal por algo. Como ese algo usualmente no le llega ni a los tobillos a las tragedias cinematrograficas pues pongo mi algo en perspectiva y salgo hasta feliz y burlandome del drama que hice.
Anónimo ha dicho que…
Hola, muy interesante el articulo, muchos saludos desde Panama!

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