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Mostrando entradas de agosto, 2017

Son solo pantalones

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Ah la moda. Ese cuchillo para nuestras gargantas femeninas. Yo no es que sea fashion victim, pero de vez en cuando sí me gusta tener una que otra cosa de esas que te dicen “esto está súper de moda”. Aunque debo reconocer que dicha frasecita hace que por dentro la cabeza me de vueltas a lo Linda Blair. No soy mucho de comprarme ropa y siempre termino padeciéndolo de alguna manera. Porque me encanta tener cosas pero no gastar y soy de esas personas que se espantosa en un cambiador. Detesto tener un espejo tan cerca de mí y tener que confrontar mis defectos magnificados. Me mudé a México con pocas cosas y he estado tratando de mantener el propósito de no acumular demasiado. Aunque veo mi closet y me parece que es una grosería de acumulación de mierda y sólo tengo un año aquí. El caso es que a raíz de la fractura de tobillo tuve que comprarme algo de ropa porque resulta que las férulas, botas, y pies hinchados tienen requerimientos especiales. Así que tuve que optar por pantal

El Último Metro - Francois Truffaut

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Uno de los planos más bellos de la película en el que vemos a Marion viendo a Bernard a través del espejo, como se han visto desde el comienzo, es decir desde el espejo de la vida que es el teatro y el cine en general. Quien mira al espectador y está fuera de la escena es Lucas, el esposo, pero no deja de estar presente. Es curioso además que en la realidad quién está más cerca del espectador es Bernard, pero por el efecto del espejo está más lejos en el plano, mientras que Marion da la espalda al público y Lucas lo confronta. Estos son los dealles que hacen grande a Truffaut. Nótese la segunda mano de Marion en el doblez del espejo, que hace resonancia con lo que Bernard le dice siempre a las mujeres cuando para seducirlas hace como si leyera la palma de su mano: veo que en ti hay dos mujeres. Lo mismo sucede con Marion, una es la que lucha contra por su teatro, esconde a su marido y no se doblega ante los Nazis. Otra la que está tratando de sobrevivir y volver a amar en libertad

¿Y tú qué propones?

Esta es la típica pregunta con la que mucha gente te responde a las críticas de la MUD. Son días de máxima confusión y de desaliento, y nada más frustrante que sentir que la luz al final del túnel está tan cerca y no poder alcanzar la salida. Es curioso lo que generas cuando emites una opinión política y en estos días la mayoría de la gente quisiera más que nada sentir que somos todos una sola voz y un solo camino. Yo no sé si es efecto de los años de polarización, sin es la misma angustia, si es que perdimos la costumbre del desacuerdo, si es miedo, incertidumbre, o si es miedo no tanto al régimen chavista, ni siquiera a perder el futuro, sino a algo mucho más terrible que la propia muerte: la resignación. La verdad es que yo como persona, como ciudadano no poseo en estos momentos una idea política clara. No soy estratega de estas cosas. Así que mi propuesta no tiene que ver con hacer esto o aquello. Soy un ciudadano que lee y aunque cuando formo mi opiniones soy contundente y ha