El Último Metro - Francois Truffaut

Uno de los planos más bellos de la película en el que vemos a Marion viendo a Bernard a través del espejo, como se han visto desde el comienzo, es decir desde el espejo de la vida que es el teatro y el cine en general. Quien mira al espectador y está fuera de la escena es Lucas, el esposo, pero no deja de estar presente. Es curioso además que en la realidad quién está más cerca del espectador es Bernard, pero por el efecto del espejo está más lejos en el plano, mientras que Marion da la espalda al público y Lucas lo confronta. Estos son los dealles que hacen grande a Truffaut. Nótese la segunda mano de Marion en el doblez del espejo, que hace resonancia con lo que Bernard le dice siempre a las mujeres cuando para seducirlas hace como si leyera la palma de su mano: veo que en ti hay dos mujeres. Lo mismo sucede con Marion, una es la que lucha contra por su teatro, esconde a su marido y no se doblega ante los Nazis. Otra la que está tratando de sobrevivir y volver a amar en libertad. 

El Último Metro es una película de Francois Truffaut protagonizada por Catherine Deneuve y Gerard Depardieu. 1944 en París, durante la ocupación Nazi Marion Steiner (Catherine Deneuve) se prepara para estrenar una obra de teatro, que protagonizará junto a Bernard Granger (Gerard Depardieu). En medio de las enormes dificultades de vivir en una ciudad ocupada en plena Guerra Mundial, tienen que sortear obstáculos como conseguir una visa de censura a través del beneplácito de un crítico que se ha unido a los nazis y que no hace sino exclamar su antisemitismo. 

Su marido, Lucas Steiner (Heinz Bennent), es un hombre de gran reconocimiento en el mundo teatral y todos lo creen ya a salvo fuera de Francia, pero en realidad está escondido en el sótano del teatro esperando el momento oportuno para huir. Pero cuando los alemanes invaden la Zona de Liberación sus esperanzan se desmoronan y no le queda más remedio que esperar un milagro, es decir, que termine la guerra, mientras su compañía de teatro se prepara para el estreno de la obra de la cual depende no sólo su teatro sino su vida.

El Último Metro es un drama que muestra la realidad histórica de vivir en París durante la ocupación, en que los ciudadanos tenían que recurrir a medios desesperados para sobrevivir. El título de la película alude al hecho de que en París se vivía bajo la presión de no perder el último metro del día para llegar a casa a tiempo para evadir el toque de queda impuesto por los alemanes. El teatro, además era el refugio en el que los parisinos encontraban calor, ya que durante la ocupación el carbón, como tantos otros bienes, era escaso y casi imposible de costear para una persona común y corriente. Así la gente iba al teatro y pasaba el rato, mientras que las funciones terminaban justo a tiempo para que los ciudadanos corrieran a alcanzar el último metro.

Pero el teatro no era nada más un lugar seguro y cómodo para pasar el rato, sino que como medio cultural era también un refugio y medio de resistencia pasiva.  Lo vemos sobre todo en el personaje de Marion Steiner que a pesar de no confrontar directamente a los nazis se rehúsa a doblegarse ante ellos. A diferencia de Bernard Granger quien sí trabaja directamente con los resistentes exponiendo su vida e incluso a veces la de sus compañeros de trabajo. Así Truffaut inteligentemente utiliza en su guión el mismo medio del teatro, el oficio del actor, las dobles personalidades, las historias escondidas, lo oculto, las máscaras, los disfraces, el maquillaje, que conforman un discurso mediante el cual  nos muestra cómo un país entero logró mostrar una cara ante los ocupantes pero manteniendo intacta su identidad, y su esencia en lo más profundo de su ser.

Es un film lento, pero construido de manera extraordinaria, pues Truffaut,  se toma el tiempo de irnos mostrando los personajes, la relación entre ellos y el triángulo amoroso que inevitablemente habrá de surgir entre Bernard Granger y Marion Steiner, sin hacerlo obvio, sino usando más bien elementos cinematográficos.

Lo bello de este film es que en el fondo es una historia sencilla pero que muestra la gran complejidad de la vida  en guerra e incorpora aspectos de la cotidianidad y la forma cómo estos eventos tan complejos sacan lo mejor y lo peor del ser humano desde la solidaridad y la incondicionalidad hasta la cobardía y la traición.


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Otra cosa excepcional de este film es que casi todo ocurre dentro del teatro, lo que genera una sensación de claustrofobia, pero también nos muestra la cantidad de vida que puede haber dentro de un espacio cultural, cuyo objetivo es recrear otros mundos, desarrollar la imaginación y expandir el alma humana en momentos en que esta se ve acorralada. No es un film de gran tensión, ni es un film de guerra de esos que se centran en grandes escenas de violencia, es grande precisamente porque logra mostrar que incluso en los momentos más duros la vida sencillamente sigue y por más duras que sean las circunstancias lo único que no podemos perder jamás es la esperanza.

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