Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2012

Facebook: vaya y tómese un café.

Imagen
No soy de resistirme a los cambios. Al contrario. Si uno no se transforma, deja de ser materia. El estancamiento es lo peor que le puede pasar a una persona y quizás uno de los catalizadores de crisis existenciales más poderosos que existe. Pero he de reconocer que a veces hay algunos que me generan cierta aversión.  Quizás uno de los cambios más importantes que le ha llegado a mi generación es las redes sociales. La gente un poco mayor se resiste. Los de cuarenta en adelante. Algunos participan, pero como si fuera una página web más. Otros como yo, estamos allí activamente, casi por curiosidad e inercia. Ya estamos acostumbrados a que cada cierto tiempo nos llegue algo nuevo.  ¿Aprendiste a usar el MSN Messenger? Ok. Ahora aprende a bloggear.  ¿Aprendiste a bloggear? Ok Ahora métete en Facebook.  ¿Ya te mareaste del Facebook? Ok ahora métete en LinkedIN. Espérate, no te olvides de visitar Tumblr y Wordpress, porque aunque seas un "chico blogger" también tiene

Feliz Día de las Madres

Imagen
A todas las que hemos salido de la casa con el coche, la cartera, las llaves, un libro, un peluche, mientras hacemos una llamada de trabajo y contestamos y escuchamos una vocecita que dice “mami, el bebé está haciendo pupú.” Y justo entonces recuerdas que en la pañalera, a pesar de su nombre, no hay pañales. A todas las que vamos dejamos uno, buscamos a otro, protegemos de la lluvia, comemos frío, dormimos menos horas de las que recomiendan todas las organizaciones de salud, rara vez nos da tiempo de ir a una peluquería o echarnos a ver televisión. A todas las que hemos servido de almohada, de babero, de pañuelo y hasta de pañal. A todas las que se hemos sentido una punzada de dolor cuando lo hemos dejado, porque al final como dice Sally Man, la pregunta de la maternidad es: “¿Cómo es que  debemos abrazar muy fuerte, apretándolo contra nuestros propios huesos, aquello que más amamos,  pero sabiendo todo el tiempo, que cuando llegue el momento debemos dejarlo ir?”. Felíz día a todas

A Opinar También Se Aprende

Imagen
Hace años iba con mi mamá a una peluquería que consideraba detestable. En realidad, todas las peluquerías siempre me parecieron detestables. Quizás es porque estudié toda mi vida en colegios de puras niñas y uno de ellos fue un internado, así que he tenido mi sobredosis de hormona femenina y me agota tanta mujer. Pero no era el doble cromosoma X lo que me fastidiaba de ese lugar. Era sucio, oscuro y desordenado y si íbamos era sólo porque mi mamá es una de esas personas que no puede ver una causa perdida porque se empeña en ganarla. No puede ver un corazón roto porque inmediatamente busca en su alma crazy glue y se hace a la tarea de recomponerlo. Por eso íbamos allí. Yo no paraba de criticar el lugar y las peluqueras. Tristes. Flacas. Apagadas. Era una queja habitual que llegué a dominar con facilidad. Casi con arte. Arte de la horrenda. Hasta que un día me senté como de costumbre dándole la espalda a un gran lavacabezas negro, y justo cuando incliné la cabeza hacia at

FILBO Mi Primera Feria

Imagen
Hay frases trilladas que son necesarias. Como aquella que dice que uno sólo se arrepiente de lo que no hace. Es cierto. Aunque claro, están esas mañanas en las que uno se vio al espejo y ofreció parte de su alma, un riñón y hasta un ovario porque algún poder divino borrara los eventos del día anterior. En todo caso, al final, siempre nos agarramos de esas escenas vividas, por más dolorosas que hayan sido, para acumular eso que llaman experiencia. Y eso, aunque nos duela en ese lugar del intelecto del que queremos expulsar todo vestigio de autoayuda y frase pavosa, nos hace seres más completos. Porque ya el hecho de arrepentirte significa que lo reflexionaste.  En todo caso, si hay algo que duele es lo que uno dejó de hacer. Queda como un sabor en la boca. Como un dolor en la piel que es difícil de explicar. Es una especie de entumecimiento en las manos, de haber tenido cerca una oportunidad, tan cerca que uno pudo tocarla y haberle cerrado la puerta. La mayoría de las veces por