Entradas

Mostrando entradas de julio, 2013

.37

Anoche soñé que te había pedido que me esperaras. Pasadas las doce sonó el timbre. Alguien vino a decirme que estaba listo el almuerzo y que tú esperabas abajo. Yo me asomé a la ventana y no te vi. Las palomas murmuraron algo y salieron volando. La casa flotaba sobre fuego, se  intuía por el calor que nos hacía sudar de vez en cuando, como si las llamas tomaran turnos cada cierto tiempo para venir a lamernos, a torturarnos, a dejarnos la piel trastornada de sed.   Entonces me di cuenta que no habías esperado. No quería que entraras en medio de aquel fuego, con tu presencia que todo lo inunda. Con tus ojos profundos de mar infinito, que siempre vienen con una falsa calma, pero siempre esperando un descuido para lanzar una ola que algún día me va a arrollar. Esa vida marina de tus ojos. Esos peces coloridos, esos monstruos espantosos, esa isla desierta en tu pupila que una vez quise poblar. Entonces sentí que brotaba arena de mis labios. Un sa