Los Saqueadores



Mucha gente se sienta a generalizar, a despotricar, a buscar un chivo expiatorio aquí, y allá, sin realmente reflexionar sobre lo que está sucediendo, y lo que es peor, lo que ha venido sucediendo. No es que Daka somos todos, es que Daka hemos venido siendo desde hace años, pero nadie se ha dado cuenta, porque no nos enseñaron a entender la función de un estado de derecho, no nos enseñaron eso de que cuando le violan los derechos fundamentales a uno, nos los están violando a todos, porque no nos hemos dado cuenta lo que es una expropiación, ni siquiera cuando se apagaron las cámaras de RCTV, ni cuando lácteos Los Andes le puso Hecho en Socialismo a sus productos, ni cuando los trabajadores de Agroisleña perdieron sus trabajos. Eso señores. Eso también es saqueo. No será un gordo que monta televisores en su pick-up, pero a esa gente también la saquearon, y creo que lo peor es que durante esos procesos, mucha gente perdió la vida, tal vez no la física, pero sí la otra, que es igual de importante, la espiritual. Aquí a mucha gente la han saqueado por dentro, y el silencio, ha sido eso. Silencio.

Este país lo han saqueado durante catorce años. Antes lo robaban porque tampoco vamos a pintar castillos de nube en el pasado, pero ahora el saqueo es descarado, así tal cual, como ese hombre cuya cara pasa por las redes sociales, como esa mujer cuya foto yuxtaponen a la de Miss Venezuela, así mismo han estado saqueando ese país a punta de comisiones y maletines. Los vemos y lo sabemos, lo hacen en nuestra cara, nos pasan por delante todos los días, incluso ya es común escuchar algunos delincuentes hablar de eso sin tapujos, no sólo convencidos de que jamás les llegará un castigo jurídico, sino que pareciera que la sanción social tampoco les importa. Porque como diría una amiga mía, la moral está tan desviada, que piensan que más bien ganan admiradores, porque se justifican e incluso se felicitan, porque creen que ese tipo de astucia que le da vuelta a la cochinada, es digna de admiración, es una respuesta inteligente, y lo que es más, porque piensan que tienen hasta derecho y que no hacen realmente daño a nadie, porque “si no lo hago yo lo hace otro, y mejor que sea yo”.

Así que no. El saqueo no comenzó el viernes, ni el sábado, y Daka no ha sido el primero. Y si espero, que así como estamos tan asqueados, y tan indignados con este comportamiento, lo estemos cuando ese amigo, ese primo, ese vecino, se aparezca con el maletín de plata que le chupó a un ministerio. Porque sépalo bien, esa plata no se la saquearon sólo a “un gobierno”, nos la saquearon a todos nosotros. A ti, a mí, a ustedes, a ellos, a todo el que lleve pasaporte y cédula de venezolano. Esa plata era todos. Era plata que se necesita en hospitales, en escuelas, en centros para enfermos de cáncer, en las autopistas, en los centros donde hacen pasaportes y cédulas, es plata que se necesita para importar lo que el país ya no produce, es plata que necesitan los jubilados, los profesores universitarios, los investigadores, los niños en estado de peligro o abandono, las madres que no tiene dónde parir, la gente que necesita medicinas especiales para una dolencia, suero, gaza, hilo de sutura, computadoras, tinta, papel, nómbrelo, aquí cada vez hay menos para trabajar y todo eso fue saqueado.  Y eso me duele igual que lo de Daka, o me duele más, porque pareciera que eso siempre una excusa.

Finalmente, creo que hay un paso más que tenemos que dar. Yo soy venezolana. Yo no soy ni carroñera, ni saqueadora, yo trabajo bien duro todos los días, crío a mis hijos con la consciencia de que mi mayor esfuerzo está en enseñarles principios y valores, respeto, honestidad y trabajo, que sus derechos terminan donde empiezan los de los demás, la otredad. No me calo este plan de que Venezuela es una cuna de parásitos. ¿Que vivimos un mal momento? ¡Sí! Pero aquí hay mucha gente valiosa, trabajadora, y lo que es más, en los videos del saqueo se mucha gente intentando frenar el saqueo, se ve mucha gente condenando el acto, incluso hasta el punto de caer en el vandalismo, cosa que tampoco se aplaude, pero también hay que leer ese aspecto.  


Somos más los que queremos una Venezuela decente. Estamos hartos de tanto vandalismo, y el vandalismo en todos lados. El que discrimina entre unos y otros, es cómplice. No hay medios principios, ni media honestidad. Lo siento, pero no hay, y el que cobra una comisión, pone un sobreprecio o anda con una empresa de maletín, está saqueando tanto como el que cargó con el pantalla plana en su pick-up.

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