Canciones para mi muerte
Hace
un tiempo tuve una de esas conversaciones, que son perfectas para una película
de esas que empiezan alegres y se ponen trágicas a la mitad. Estábamos en una
fiesta y comenzó a sonar No soy una señora de Melissa. Sí. Melissa. La Reina
del Rock, de los 80, las lycras de lepoardo en Sábado Sensacional, el que no se
acuerde que lo busque en You Tube, y el que sí, que sufra esto conmigo. Juan mi amigo (Toto para el resto del mundo),
me dice, yo a ti te entierro con esa canción. Menos mal que no nos dimos cuenta
del chinazo, en primer lugar porque estábamos tomando, en segundo porque
estábamos claros que el tema no daba como para chistes. El funeral de uno lo
están planeando así, sin que uno se entere.
La
verdad, como dice otro amigo mío, yo pienso joder el día que me muera. Joder a
los que se quedan vivos, con las diez mil instrucciones sobre ese día. El
maquillaje, la ropa, pero ahora veo que también tengo que planear la música.
Nunca lo había pensado así, pero la verdad es que sería maravilloso un entierro
musical. Claro he pensado a veces que es verdad que lo mío, más que la música
es los libros. Yo en el fono no soy una intensa musical, apenas soy aprendiz.
Me estoy convirtiendo, pero ya eso es otra cosa, producto del trabajo que estoy
haciendo ahorita entre otras cosas. Y cuando digo intensa musical, es de de esa
gente que se sabe de memoria Bob Dylan y que ya lo ve más como poeta, a eso me
refiero, cosa que dicho sea de paso, me está sucediendo.
En
todo caso, creo que ha llegado la hora de ir eligiendo, poco a poco las
canciones para mi muerte. El tema es un poco delicado. Me da un poco de
angustia, tentar a las dioses, terminar de elegirlas pronto y que entonces
corte yo misma mi propio hilo. Pero hay tanta música buena, que puedo no parar
nunca.
Así que iremos por aquí. Poniendo y comentando las canciones
para mi muerte. Como diría Mecano,
“otro muerto,
otro muerto,
¿Qué más da?
Si está muerto,
Que lo entierren
Y ya está.”
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