Feliz Día de las Madres


V. Kandinsky. Mother and Child. 

- La cosa más importante que he aprendido de la maternidad, es que amar es algo que se enseña. -


Feliz día a todas las que a final de un día en que no han tenido tiempo de bañarse porque han tenido que hacer loncheras, secar lágrimas, escuchar un comentario de una maestra, separar una pelea, bañar a toda carrera, llegar tarde a dos o tres lugares, recordar que tenían una cita a la que no llegaron, llamar a un pediatra mientras intentaban pintarse una uña y contestarle un mensaje comiquísimo a una amiga, se han tenido que parar en uno, dos, hasta cuatro mercados porque habían prometido de cena para esa noche algo que se les acabó y no quieren fallar. Han tenido que sentarse a pintar todo el tiempo pensando que lo que quieren pintarse es el pelo. Han recortado, recogido, doblado, cambiado pañales y escondido las ganas de decir palabras que los niños no deben oír. A todas las que hemos tenido que inventar un cuento fantástico para responder una pregunta que no estábamos preparadas para escuchar. A todas las que hemos tenido en algún momento ganas de salir corriendo. A todas las que hemos servido de almohada, de servilleta, de paño de lágrimas, de fomentera, de cobija, de terapeuta, de chofer, de enfermera, de cocinera, de carcelera, de hada, de gran libertadora, de peluquera, de manicurista, de pintora, de escritora, de cuentacuentos, de mucama, de científica, de historiadora, de maga, de arcorisis, de cantante, de sostén, de ascensor, de burro de carga, de teléfono, de traductora, de psicóloga, de psiquiatra, de médico cirujano de peluches y muñecas, de mecánico de aviones de plástico, carritos y trenes de juguete, a todas las que hemos tomado incontables tazas del mejor café de aire,  a las que hemos armado un patrimonio de la humanidad UNESCO en lego, a las que hemos visto unos garabatos como obras de arte y a las que hemos sembrado plantas, cuidado perros, gatos, tortugas, y que salimos corriendo a comprar otro cuando uno se murió porque no estábamos preparadas. A las que se nos ha roto el corazón. Una. Dos. Mil veces.  A las que no hemos sabido qué hacer y hemos tomado consejos y mucho vino para buscar la respuesta. A las que nos hemos sentido invencibles y abatidas.  Feliz día a las que hemos dicho, no me he bañado sola en una semana. Feliz día a las que hemos dicho es tiempo de mami estar sola. A las que abrazamos, apurruñamos, consentimos, acariciamos. Feliz día a las que entregamos lo mejor de nuestros cuerpos a esta aventura de ser madre, no sólo por el embarazo sino por lo que viene después. Feliz Día a todas esas heroínas que responden al poderoso nombre de “mami”.  

Feliz Día a todas las que más de una vez han terminado un día con: Necesito una copa de vino, ¡Ya!...y se la han tomado. 

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