¿Qué daríamos por la libertad?

¿Qué daríamos por la libertad?

La libertad de poder transitar sin miedo las calles a cualquier hora, del día o de la noche, sin temor a ser sorprendidos por el hampa común o por grupos organizados que trafican con nuestras pertenencias y vidas. La libertad de abrir un negocio, sin demasiadas trabas administrativas, ni legales. La libertad de producir aquello que desarrolle nuestra inteligencia, que sepamos crear con nuestras manos o con nuestras destrezas para fabricar. La libertad de invertir tus ahorros o el dinero que consigas con un crédito basado en un plan de negocios, que no se vea truncado por la incertidumbre o la inestabilidad económica. La libertad de soñar en grande. La libertad de proponerse cambiar panoramas, romper paradigmas e innovar en los negocios, en la salud, en el periodismo, en la actuación, en la escritura, en la cocina, en una pasarela, en la arquitectura, en el diseño, en la investigación. 

La libertad de una atención de calidad, en el lugar que escojamos, sea público o privado. La libertad de escoger el médico que queramos, de comprar tranquilamente las medicinas que nos hacen falta, o que nos queremos tomar porque creemos que es mejor proteger nuestra salud que esperar a tener que curarla. La libertad de hacernos alguna operación cosmética, porque también tenemos derecho a vernos mejor, a sentirnos mejor. Porque nadie puede decirnos que cualquier cosa que sea importante para nosotros es menos válida, ni menos urgente. Porque nuestras necesidades las determinamos nosotros mismos, no un tercero.a libertad de una atención de calidad, en el lugar que escojamos, sea público o privado. 

¿Qué daríamos?

Por la libertad de una prensa libre, variada, que nos de acceso a distintos puntos de vista en todos los temas. Medios de comunicación que permitan la investigación y que cubran todo tipo de informaciones, sobre todo aquellas que tienen que ver con eventos críticos para cualquier ciudadano. Que nos permitan crearnos nuestras opiniones sin estar sujetas a proyectos políticos.

¿Qué daríamos?

Por ir al mercado y comprar no sólo lo que necesitamos, sino lo que queramos. Lo que hace falta. La cantidad que podemos, que necesitamos y que queremos. Porque nadie tiene por qué interferir en cómo hacemos nuestra economía familiar. 

¿Qué daríamos?

Por una policía honesta, respetuosa, comprometida con la seguridad de los ciudadanos. Que esté para garantizar el orden y bajo el amparo de la ley. Que si detiene a un ciudadano este sabe que las garantías constitucionales lo protegen de abusos. Que tanto sus familias, como sus abogados pueden predecir su destino inmediato. Que saben que fiscales, jueces y demás funcionarios tienen que regirse por la ley.

¿Qué daríamos?

Por elecciones limpias. En las que se respeten todos los reglamentos. En las que los rectores del organismo que las ejecuta  se mantienen siempre a la altura de lo que su cargo exige. En la que hay imparcialidad y respeto hacia todas las posturas que se presentan a elecciones. En las que los candidatos sólo tienen que preocuparse por presentar ante la comunidad de electores sus programas y planteamientos para gobernar, para resolver, mejorar, promover, los problemas que aquejan a la comunidad y aumentar la calidad de vida del ciudadano.

¿Qué daríamos?

Por escuelas en las que se prepara a los venezolanos para enfrentarse a los retos que hoy en día impone un mundo globalizado. Ciudadanos que no sólo están formados en valores, que respetan a sus ciudadanos, que se identifican con su país, desde sus símbolos patrios, hasta sus costumbres. Que tienen deseos de constante superación personal. Que han tenido acceso a una base matemática, lingüística y además se las ha dado la oportunidad de expandirse personalmente a través de las artes, literatura, música, pintura. Incluso se les ha dado la oportunidad y se les ha impulsado a practicar deporte. Que tienen una consciencia de la posición de Venezuela en el mundo, no sólo como productor de petróleo, sino de muchas cosas más.

Universidades en las que se investiga, se desarrolla, se innova, y además se forjan a los profesionales del futuro. No sólo en los aspectos técnicos y dogmáticos de sus áreas profesionales, sino también en lo que se refiere al valor del trabajo, del prestigio que se adquiere a través del mérito y del esfuerzo. 

Y que sus profesores, como pilares fundamentales de estas instituciones puedan vivir dignamente de sus sueldos. 

¿Qué daríamos?

Por un país de ciudadanos, no de sometidos. Por un país de oportunidades, no de ventanas para hacer un guiso. Por un país en que se promuevan ideas y valores, no un pensamiento único. Por un país en que se pueda vivir en base a un sueldo, en el que sea realista estudiar una carrera y vivir de ella. Por un país en que el hampa no nos mantenga aterrados y sometidos. Por un país en el que exista tecnología de punta en todas las áreas. Por un país donde no se persiga ni se atropelle a quienes no estén de acuerdo con el gobierno. Por un país donde los corruptos, los ladrones, los asesinos, respondan por las violaciones a la ley. Por un país donde el presidente hable con respeto a todos los ciudadanos, incluso los que no votaron por él, donde los servidores públicos entiendan eso, que antes que nada sirven a una comunidad y no a la inversa.


¿Qué daríamos por la libertad?

Por Venezuela libre. 

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