Votar el 14. Construir país a partir del 15.
“No
preguntes qué puede hacer tu país por ti; pregunta que puedes hacer tú, por tu
país”. John F. Kennedy. Discurso inaugural. 20 de enero de 1961.
Yo
me he preguntado tantas veces. ¿Qué voy a hacer por mi país? Quizás la
respuesta más obvia en una semana como esta es: VOTAR. Sí. Votar. Que no quede
lugar a duda. Votar no es un derecho, un favor, ni siquiera un privilegio,
porque para mucha gente ha terminado siendo casi eso. Votar es un deber.
Siempre lo ha sido. En ese sentido las cosas no han cambiado, lo que ha
cambiado tal vez es la percepción de las cosas, porque todo se ha deteriorado
tanto que nos ha tocado comprobar que si uno no participa las consecuencias
pueden ser catastróficas.
Pero
a veces me aterra que pensemos que votar es cumplir con un país. Kennedy
pronunció estas frase impecable cuando ya había ganado las elecciones, no
cuando necesitaba los votos para ganarlas. Es decir, que con las elecciones
sólo parte del trabajo esta hecho. Y no quiero minimizar para nada la
importancia del voto. Es crucial más que nunca que todos aquellos que se lo
toman a la ligera bajo el argumento, “no va a perder por un voto”, se den
cuenta que del impacto que tiene la baja participación, que cada golondrina
hace verano, que cada gota de agua cuenta en el océano y cuanta metáfora
quieran utilizar. Sí cuenta. Claro que cuenta. Y sí. Sí se puede perder por un
voto.
Sin
embargo este país necesita muchísimo más de cada uno de nosotros. Este país
necesita gente que respete, a los demás, a sí mismo. Que entienda cuál es su
lugar como ciudadano. Que valore y que honre los símbolos patrios, que promueva
y mantenga su identidad como venezolano, no nada más la cédula, es la bandera,
el escudo, y más allá, el equipo de fútbol, de baseball, las orquestas, los
bailarines, los escritores, los médicos, todo forma parte de quiénes somos. Y
sí nos afecta. No sirve que vituperemos
de nuestro país, que hablemos mal del él y que vivamos constantemente
reclamándole lo que no nos ha dado sin pensar en lo que no le dimos a él. No podemos
seguir con una autoestima colectiva tan baja, pensando que hablando mal
formamos parte de una solución.
El
país necesita padres responsables, que no atacan al colegio de sus hijos porque
aprendieron a hacer la guerra desde el día uno, a que las reglas son algo que
si a uno no le sirve o se ignoran o se cambian, pasando además ese ejemplo a
otras generaciones. Necesita padres que sepan solucionar diferencias con ideas
y no con agresividad. Que no saquen conclusiones en base a rumores y cuentos de
pasillo, porque fulano me dijo, o me contó, o peor aún, me contó que le contaron. Padres que
entiendan que el profesor es aliado y que cuando las cosas se trancan uno
aprende a solucionar, no a enfrentar. Son dos cosas distintas.
Este
país necesita padres que reprueben cuando sus hijos se copian, o los amiguitos
se copian. Necesita padres que exijan sanciones efectivas, no retaliación, ni
leyes del talión, ¿A qué nos ha llevado eso en 14 años? ¿No aprendimos nada de
la Lista de Tascón? Este país necesita padres que exijan que los niños respeten
a sus mayores y que crezcan con una verdadera identidad de venezolanos, que
respeten desde la naturaleza, hasta las leyes, y que sepan lo importante que es
defender sus derechos, no sólo desde lo político, sino desde el trabajo, pero
siempre desde el respeto, siempre tomando en cuenta que incluso quien se
equivoca tiene derechos.
Este
país necesita TRABAJO. Que entienda que lo que se roba, lo que llega fácil,
regalado, por chanchullo, no se valora.
Ingenieros
que construyan. Maestros que den clase. Médicos que curen. Enfermeras que
asistan. Policías que vigilen. Alcaldes que gerencien. Empresarios que
produzcan. Necesitan fuerza que organice, que analice, que entregue. Necesita
contadores. Escritores. Administradores. Secretarias. Técnicos en todas las
áreas. Cocineros. Actores. Cantantes. Pintores. Pero gente preparada para estas
tareas, no expertos autoproclamados. Para todo oficio hay que educarse. Y ya se
nos olvidó. Nos comimos el cuento que se puede ser bachiller en seis meses,
médico en tres años y experto porque twitter así lo quiere. No.
Más
allá. Este país necesita gente que entienda que construir país no es hacer
plata. De nuevo, construir país no es hacer plata. Construir país es participar
en todos los aspectos de la vida ciudadana, tal vez uno no participe en la
política, porque no todos somos iguales, no a todos nos gusta, pero hay muchas
áreas en qué participar. Áreas clave, necesarias, desde la junta de
condominios, hasta las asambleas escolares, obras de caridad que las hay
educativas, ecológicas, relacionadas con la salud, con la cultura. Trabajo hay
para todos. La gente se queja de que el colegio no funciona, de que en la
comunidad las decisiones que se toman no son correctas, pero a la hora del
trabajo nadie aparece, nadie participa. No todo es votar. Hay que participar.
Así se construye. Con las manos. No con la esperanza.
Este
país necesita gente que no agreda, no sólo físicamente, no se trata de
acostarse pensando que uno es pacífico porque nunca ha soltado un puño, con
tirar el carro basta, con soltar tres groserías a otro porque se comió una luz,
allí ya hay un problema, con pegar la corneta al que no avanza ya caemos en
juegos de violencia.
Este
país necesita políticos que resuelvan. Sí. Políticos honestos sí. Gente que no
se enchufe. Sí. Claro que sí. Pero también necesita el ciudadano que trabaje,
que respete las colas, que pague sus impuestos, que no tire basura en la calle,
que no se estacione donde no debe, que respete leyese, señales y fiscales de
tránsito, que no se deje sobornar, que no se deje tentar por la famosa viveza
criolla, llegando a cualquier solución a través del gestor, del chanchullo del
facilismo. Este país necesita gente que exija. Aquí nadie va a cumplir las
leyes hasta que alguien las haga cumplir. Las autoridades competentes. ¡Claro!
Pero
los ciudadanos también tienen que dar el ejemplo. Los ciudadanos como fuerza
que al final del día es quien otorga esos puestos. Porque se nos olvida, o
nadie nos enseñó que el ciudadano en democracia tiene poder. El VOTO ES PODER. Necesitamos
ejercer ese poder y ponernos a trabajar.
VOTA el 14 de Abril. El 15, responde, qué vas
hacer tú por tu país.
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