A veces la oscuridad te supera
A veces la oscuridad te supera. Del bellísimo libro El Árbol Rojo de Shaun Tan.
El mayor problema cuando uno está depre es que con el auge y
reino de la autoayuda todo el mundo te
quiere contentar. Pareciera que estar triste no está de moda, está mal visto, y
es casi inaceptable. Parece que sólo uno pocos no nos hemos enterado de que ya
no es sólo de mal gusto fumar, sino que cualquier sentimiento que no sea
felicidad plena y fe ciega, y todo ese tipo de cosas que te alejan del
pensamiento y la reflexión, están como diría Heidi Klum, out. Ser positivo está
de moda. Negativo no. Las nubes negras ya no se usan. Ahora si no eres feliz,
estás doblemente condenado.
Cuando estoy depre y alguien me dice cosas como, piensa
positivo, yo pienso en uno de los extremos de una pila alcalina. Más nada.
Es que no puedes ir por la vida obligándote a ser feliz.
Cosas como, pero enfócate en lo bueno. Sí. Ok. Está bien. Lo que pasa es que
estar depre no es sólo ver el vaso medio vacío. (Dale con la analogía del puto
vaso). No es nada más que el vaso tenga algo adentro, si es que lo tiene, es el
color, el sabor, la consistencia, la temperatura, la vida es mucho más que tener
cosas. Si no analizas, sino reflexionas, si no asumes lo malo, entonces tampoco
podrás construir cosas buenas.
Siento que estamos sobrecargados de felicidad y cosas
positivas. Que además son falsas. Es como si en China hubiese una fábrica que
hace emociones que parecen reales, pero no lo son. Cuando las abres les ves las
costuras y el material no dura nada.
Queremos ser la gente más sonreída y feliz del mundo,
mientras todo se nos cae a pedazos. Y no hablo sólo de Venezuela. El mundo en
general no está bien. Hay mucha gente por todos lados que se siente
insatisfecha, incomprendida, que busca respuestas a sus frustraciones, y tiene
todo el derecho. Pero la mayoría te dice que es mejor no pensar, y tratar de
pasar agachado y decir que todo es bello para parezca que las cosas se están
haciendo bien, porque es que la gente en general es así de estúpida.
Así de estúpida me siento cuando alguien me dice o yo misma
repito cosas como mañana es otro día. No. Mañana no es otro día. Mañana va a
ser exactamente igual que hoy a menos que algo cambie, a menos yo cambie. A
menos que tú digas como Scarlett O´Harah al final de lo que El Viento Se Llevó,
mañana es otro día, porque yo voy a hacer algo diferente. Es que la gente no
cambia, ni las cosas cambian a menos que uno cambie. Y uno no puede esperar que
salga el sol y la aurora te resuelva todos los problemas.
Ese concepto tan Disney de la vida me fastidia. Incluso la
princesa después de que la besaron se tuvo que parar ella sola sobre sus
propios pies, y esa parte no la resaltan en la película, pero tomó una
decisión. Al fin y al cabo ella era libre de decirle al príncipe, gracias pana,
pero sabes ¿qué? Yo como que me regreso con los enanos, es que eso de andar
recogiendo el castillo mientras tu andas por ahí en caballos blancos paseando,
como que no va conmigo. No eso no te lo dicen. Porque es mucho mejor dejar que
sea el destino, la suerte, la vida, la fe, cualquier fuerza mayor que uno la que
mueva las piezas de nuestra vida. La responsabilidad que conlleva elegir en la
vida agota.
En esa nota, y en el plan de escritura en el que ando, que
no es sólo la novela, sino otras cosas, este fin de semana viendo el mar, me
provocó escribir sobre ciclos. Me puse a pensar que la vida es ciclo. Es la
gran lección de la naturaleza. Las estaciones. Las mareas. La luna. Las
lluvias. La temperatura. Los volcanes. Los vientos. Las tormentas. Todo es
ciclo. Nada es constante. La vida sería imposible si lo fuera. Y sin embargo,
nos empeñamos en hacer que algo tan delicado como las emociones lo sean.
La único que es perenne es la transformación. Y lo
importante es visualizarla y entenderla para poder evolucionar.
La vida es ciclo. El amor. La amistad. El trabajo. La
creatividad. El sexo. El trabajo. Las regímenes políticos. Las instituciones.
Los hijos. Las relaciones familiares. La salud. El cuerpo. Todo es ciclo. Las
emociones. También. ¡Claro que lo son!
Sí. Yo estoy depre. He estado depre. He estado pensando
demasiado, porque me gusta pensar. Soy una criatura que piensa. Y sí. A veces
pienso con mis emociones. No veo nada de malo en ello. Me gusta la intensidad.
Me fascina vivir al máximo. Me fascina apretar el acelerador y ver las cosas
pasar, luego frenar y detenerme para ver una parte del paisaje, admirarme, tal
vez bajar un rato y pasear y comer algo, o descansar, para luego volver a subir
y seguir andando a toda mecha.
No veo porqué hay que esconder, negar, tapar, pero sobre
todo anestesiar la tristeza. Yo si ando enguayabada por muchas cosas. Como
cuando dijo Ramón Guillermo Aveledo que en la política no hay depresión. Yo
misma escribí algo así estilo, salimos fatal, pero vamos a pensar en lo bella
que es la vida. Luego me dije, niña estás grave. Claro que hay depresión. Tiene que haberla,
porque de cada emoción, si uno la acepta y la vive, sale una reflexión. No
puede haber paso dos, sin paso uno. Es como esa película con Tom Hanks, donde
él era un entrenador de un equipo de Baseball, entonces cuando una de las
jugadoras hace algo mal y se pone a llorar él le grita, “en el baseball no se
llora”. Coño pana, se llora en cualquier parte. Se llora cuando uno necesita
llorar.
Yo he llorado sabroso caminando por la calle. Y a veces ha
salido un gafo a decirme algo como tranquila que todo arcoíris tiene su tesoro,
pero también han salido personas maravillosas, que con el mayor amor del mundo
y sin darse cuenta tal vez de lo mucho que me estaban ayudando me dijeron cosas
como coño, yo lo único que sé es que el día que ya no estés, yo lo que quiero
es que me metan en tu pirámide. Y boom. Me sentí mejor. Triste. Pero mejor.
Si quieres llorar, llora con orgullo. Porque nada produce
peor indigestión que las lágrimas que tragas. Es dañino. Tóxico. Y no le hace
bien al alma. Hay que asumir los sentimientos. Todos. Y si piensas negativo, no
importa, piensa. Lo importante es sentir y reflexionar. La vida es ciclo. Todo
se pasa. Pero no todo se trasciende. Ahí está el detalle.
PD.: Tú. El de la Pirámide. Te quiero muchísimo. You had me
at, Manu eres un tormento. Porque las mujeres somos así…jajajaja.
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