Pedir el empate. Suena tan común. Tan corriente. Pero, lo que ese término implica es algo que abarca la vida entera. Anoche cenando con mis sobrinitos mi esposo les pregunta: -¿Cómo se pide el empate? Éramos 4. De entrada los hombres dijeron a coro que ellos no dicen: - ¿Te quieres empatar conmigo? O ¿Quieres ser mi novia? Lo clásico. Según mi esposo no se pide. Se va dando. Según uno de mis sobrinos uno dice "me gustaría que fuésemos algo más. ¿Qué te parece?" A lo que yo dije ¡Coño de la madre! Porque ese "algo más" es el típico término masculino que corresponde al lo que se denomina: LABIA. Claro, porque al decir algo más, si a la semana se fastidia de la chama, le puede decir: yo nunca te dije que éramos novios. Algo más puede ser físico. Emocional. Amoroso. Tibio. Puede ser cualquier cosa. Pero mi sobrino me dice: tía, no es tan así. Porque como tú dices con lo de beso. Uno simplemente, sabe. Yo dije que uno se da un beso y cuando se lo da uno sabe, si va pal
A ver pishitas (así le dice su papá), Luis Miguel: La serie es la revelación del año y de la que no podemos parar de hablar, es también una que mucha gente está viendo desde el closet, sin admitirlo porque qué vergüenza, o que nunca va a ver precisamente para no tener que admitirlo. Sí, Luis Miguel es ese placer culposo, estilo Juan Gabriel, que todo el se considere culto y “cool musical” va a negar hasta la muerte. Vamos a estar claros, pereciera no ser muy coherente ser fanático de Metallica, tener guardado como tesoro aquella entrada a un concierto de Radiohead para también admitir que te sabes rolas como “Cuando calienta el sol” o “Será que no me amas”. En el fondo, admites que te las sabes porque una nostalgia noventosa , te recuerdan a tus amigas que se colearon a los conciertos, que tenían hasta el poster, que te parece que tenían gustos más básicos que los tuyos y a quienes les echas la culpa de tener idea quién es el tipo. Eso y es que “mira, como n
Existen dos clases de personas. Las ordenadas y las desordenadas. Resulta que desde que uno está pequeño le quieren meter en la cabeza que uno tiene que pertenecer al primer grupo. A uno le hacen cantar la cancioncita de: cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa. Hay gente que se lo toma a pecho estilo Monica de Friends. Tienen más que un lugar para cada cosa, una obsesión con que las cosas estén en un determinado lugar. Cuando yo estaba adolescente estuve un par de años en un internado y nos hacían inspecciones del cuarto. Yo recuerdo que agarraba las cosas y para salir del paso las tiraba dentro del closet. A primera vista el cuarto se veía impecable. Abría las puertas y era como una represa. Toda la mierda salía volando y me caía encima. Durante mucho tiempo he venido luchando con el tema del orden. Pero este año he decidido quitarme la careta. Lo acepto. No soy para nada ordenada. Asumo mi barranco. No quiere decir por esto que voy a ponerme peor. No. Pero voy a dejar de per
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