¿Qué hacemos con Manuela Zárate?
No vayas a perder el momentum
Carpe Diem. Carpe el blog y el resto de las redes sociales, dudo que en
latín haya un equivalente. Programa de radio. Columna de periódico. Editorial.
¿Qué más? Yo sí me río contigo en instagram. Hola Clara, disculpa que te moleste
–no es ninguna en serio- ¿me recomiendas un libro? ¡Claro! Y tres y cuatro,
llámame Sopa de pollo para la escasez de pollo. No, así se debería llamar mi
próximo blog. No Dios. Otro blog no. Más bien mi próximo post. O ese debería
ser mi epitafio. No sé. Mira, tú lo que necesitas es un manager. Tienes toda la
razón. Un manager. Un gerente. Este puede ser el momento más inteligente o el
más machista de toda mi vida. Pero a veces la vida te obliga a darle un patada
por el culo a todo lo que predicas; el que esté libre de este pecado que me
regale sus zapatos. ¿Quieres ser mi manager? Esa pregunta es mucho más
vergonzosa que un quieres ser mi novio justamente ese día en que te portaste
como la propia psicópata, obsesivo compulsiva, paranoica, no te preocupes, soy
responsable, pero mi ansiedad es clínica, lo que me recuerda que tengo
embarcada a mi psiquiatra.
Mi cabeza es: Sinopsis, y diez mil proyectos que todavía
están engavetados en algún lugar de mi cerebro bajo la etiqueta: Cosas que van
a cambiar el mundo. También es una cantidad de videos de YouTube que dejarían
pendejo a González Iñárritu. Pero a diferencia de Gonzalez yo no sé usar la
cámara. Me come. Me quita demasiado tiempo. Seguiré con grabaciones caseras.
Una especie de porno casero intelectual. Con eso les quiero decir que salen
partes beligerantes pero no son las habituales y no están exageradas. Nadie
grita. ¿O sí?
¿De quién son esas ideas? De Clara, pero muchas las comenta
Manuela. ¿Cómo te busco en Instagram? ¿Tú eres Clara o eres Manuela? Creo que
debo decirte Manuela. Mira, una cosa, ¿quién es Manuela Zárate? ¿Por qué
Manuela Zárate? Por Manuelita Saenz ¡Seguro! No, yo la verdad y con toda
vergüenza no sé lo suficiente de historia de Venezuela como para irme a meter
detrás de esa figura, con todo respeto, con mucho miedo. Además, bueno tú
sabes, todo este tema Bolivariano. Por cierto, hablando de psiquiatra, creo que
ese es un tema interesante para el psicoanálisis, ¿qué nos pasó con Simón
Bolívar? Creo que todos y todas tenemos un complejo de Electra con el padre de
la Patria que se nos fue a la mierda. Daddy issues como dicen los gringos.
Volviendo a Manuela, llevo más de diez años con ella, desde
que entró a mi vida en un taller de Federico Vegas. No lo pensé demasiado.
Manuela era por Manuel Díaz Rodríguez. Y yo que pensé toda mi vida que si un
Rodríguez iba a tener influencia en mi vida iba a ser José Luis. Lo de Zárate
fue por Eduardo Blanco. Eduardo Blanco es mi tatarabuelo. Lo demás fue cantar
y aprender a coser. Después un día hace seis años abrí el blog y lo primero que
me vino a la mente fue: Manuela. ¿Sabes?, como esa persona con la que estás mal
pegada de toda la vida y cada vez que la ves quieres que vea que eres la única
persona a la que jamás se le ha ido todo la mierda. No vale por Dios, si tú
eres tan perfecta.
Ahora estoy ante este dilema. Mi manager potencial propone
como primer paso deshacernos de Manuela. Sí. Deshacernos de Manuela. Suena la
intro de los Soprano en mi cabeza. ¿Qué vamos a hacer con ella? Bueno nada. No
sé. Silencio. Es mejor no saber. Al pasado. ¿Funeral de estado? Ella había
dicho en el algún momento que le encantaría tener una frase de Queen sobre su
tumba, “Fairytales of yesterday will grow but never die, I can fly my friends.
The show must go on”. Pero no creo que tenga una tumba porque todo eso es
demasiado caro y complicado.
¿Qué sería de mi vida, de mi blog, sin Manuela Zárate? Pero
¿tú quién eres? Podríamos estar ante las puertas de una clase de marketing
básico o de una crisis existencial. O de ninguna de las dos. Simplemente una
decisión más. ¿Quién la va extrañar en serio? Michael Jackson cambió de color,
cómo es que tú no puedes cambiar de nombre. Todo es tan sencillo, pero también
tan complicado. Puede ser una liberación. Puede ser un gran paso. Puede ser una
hecatombe. Puede que no pase nada porque la sencilla razón de aquí pasa de todo
pero si te asomas por la ventana podrías decir con toda seguridad, aquí no está
pasando nada.
¿Qué hacemos con Manuela? En serio, ¿ser o no ser Manuela Zárate?
Esa es mi pregunta.
Comentarios
Una vez hice eso con un blog antiguo. Luego me di cuenta de que pare renovarme no tenía que acabar con todo, sólo dejarlo ahí y comenzar algo nuevo en otro lado, con otro nombre, etc.
Además, aquí has expresado unas reflexiones muy hondas sobre la vida de la Venezuela reciente, todas desde la experiencia cotidiana. Creo que es valioso.
Saludos.