Sobre Rosa Candida


Terminé Rosa Candida. De Audur Ava Ólafsdotir. Tengo que empezar por contarles que este libro todavía no existe en español, es uno de mis grandes avances, pues lo leí en francés, relativamente rápido, sin tener que estar viendo el diccionario cada dos páginas para no sentirme que estaba leyendo el Manifiesto Extra-terrestre sobre la Teoría de la Relatividad.

Lo que es más, pude disfrutar de la prosa de Ólafsdotir, que es sencilla, ligera, sin adornos innecesarios, sino más bien directa, pero no por eso ajena a la idea de que todo libro tiene que tener su belleza.

Rosa Candida trata sobre un joven de 22 años, Arlnjótur, quien tiene una hija de nueve meses, producto de una noche en la que pasó cuarenta y cinco minutos con una mujer, a la cual sólo vio nuevamente un mes y medio después cuando ella le invitó un café para decirle que estaba embarazada.

El joven se dedica a la pesca, pero heredó de su madre, muerta en un accidente de automóvil, la pasión por la jardinería. Es por eso que se va a vivir a una tierra extranjera, invitado por unos monjes que desean que alguien los ayude a salvar su huerta. Arlnjótur se lleva consigo tres ejemplares de la rosa de ocho pétalos, que está a punto de extinguirse y se propone cultivarlas y crear un bello rosal.

Estando en el monasterio se presenta un día Anna, la mamá de su hija, con Flora Sol, la bebé en cuestión, y pasa a formar parte de esa búsqueda de Arlnjótur dentro de sí mismo, y la verdad es que protagonizan una bella historia, con un final interesante, que por un lado es una cachetada a todo lo rosado, por otro es quizás algo que toda mujer de cierta edad quisiera hacer.

En todo caso tengo que decir que amé este libro. Tanto así que hasta he pensado en traducirlo. El problema es que el idioma original es islandés, entonces se debería traducir del islandés y no del francés. No dudo que pronto lo harán.

En un momento te preguntas ¿para qué este autor me está contando esto? Y de pronto, sin darte cuenta, ves cómo el personaje se está cuestionando las cosas más profundas de la vida, de la muerte, hasta su propio cuerpo, y la conciencia de sí mismo.

Una de mis partes favoritas es cómo Arlnjótur conoce a su hija, pasa tiempo con ella, y se va convirtiendo en padre. Olafsdotir hace un trabajo impecable en cuanto a la sensibilidad para describir la relación entre un bebé y sus padres. Hermoso. Lo que me tiene picada es que la bebé tenía nueve meses y ya estaba caminando y diciendo que sí “ma-má Do-Do” (mamá dormida). Pero al final en un momento dado la mamá sí dice algo como que siente que la niña es sumamente precoz, así que bueno, se lo compré en ese momento, si no el libro se hubiese tenido que llamar, Rosa Candida, Bebé Índigo.

En todo caso recomiendo este libro ampliamente, a los que hablen francés no dejen de buscarlo y los que no, apenas salga en español, que saldrá, no lo dejen pasar.

Entre las frases que me gustaron:

“No podemos saber lo que pensamos de una cosa, en el momento exacto en que nos pasa.”

“Las casualidades tienen un sentido.”

“¿Cuánto tiempo puede durar una historia de amor? ¿Y una relación sexual? ¿Y la mezcla de las dos? ¿Es que eso puede durar toda la vida? ¿La vida entera?” (Esto es en medio de una conversación entre Arlnjótur y el Hermano Tomás, uno de los diálogos más bellos del libro, dónde el joven le pregunta al padre, cómo sabes si una mujer está enamorada de ti y cómo interpretar las cosas que te dice y su forma de actuar.

“…cuando la magia de lo desconocido se ha ido, pero no la de lo imprevisto.” (UNA DE MIS FRASES FAVORITAS) De verdad que uno no se da cuenta que si bien la magia de lo desconocido pasa, no la de lo imprevisto.

“No hay amor razonable. Si viviéramos una vida solamente de razón, perderíamos el amor, como dice aquí, en alguna parte.” (Lo dice el monje también, quién no señala La Biblia, sino su enorme colección de cine de autor.)

“Generalmente, las cosas empeoran hasta un cierto punto, justo antes de que comiencen a mejorar.”

“La belleza está en el alma del que mira.”

“Me gustaría morir con más experiencia, después de haberme encontrado a mí mismo.” “…Jamás llegamos a una conclusión en lo que a esto respecta.” “…siempre se muere o demasiado temprano o demasiado tarde, jamás en el momento adecuado.”

“Hay que mirar el sufrimiento a los ojos, para poder compartirlo con los que sufren.”

“Es entonces que la veo, allá en lo alto, en pleno vitral del coro, la rosa púrpura de ocho pétalos, en el instante preciso en que el primer rayo de sol atraviesa la corola y se posa sobre la mejilla de la bebé.” (Hermoso, hermoso, hermoso final.)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estupendo comentario, sí. Sobre todo la parte en que transcribes LITERALMENTE el final de la novela. Ya te vale.

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