.40 Estos son mis sueños: La lluvia o la esperanza
Anoche soñé con lluvia. Sali a caminar hasta la parada del
autobús. El 84. No venía. Y no venía. Me quedé ahí. Esperando. Gélida.
Los dedos azules alrededor del paraguas. Los labios en mueca de resignación. El
pelo entregado a las gotas. El vestido casi una historia. Como si toda la tristeza de
mi corazón se hubiese pegado a esa tela, que para colmo de ironías, o de
detalles simbólicos era negro. Hay algo de paz en dejarse mojar. Tal vez eso es la
paz, es dejarse ir.
Es salir y esperar a que llueva. Dejar llover eso es todo.
No correr. No ponerse bajo techo. Llueve y ya. No hay nada qué hacer. ¿Para qué
vas a correr? Donde estés llega el agua. Las tuberías que se rompen. Los
espacios bajos que se van anegando. Ese desagüe al que nunca le limpiaron las
hojas secas. Las quebradas que se desbordan. Todo es un gran desorden. Y uno se
consuela pensando que en el desorden tenemos nuestro propio orden, pero no es
verdad. Sólo que así es mejor asumir este mundo de aguas. Río abajo en el
barquito. Esperando a que salga el sol para mirar el cielo, y detenernos a
comprar quién flota mejor, si uno o las nubes. Es mejor imaginar, esperar,
soñar, creer, que hay un Dios o una fuerza mayor, que la luz está al final del
túnel, aunque no sepamos la diferencia entre un túnel y un campo abierto. Es
mejor creer. Creer en algo. Eso hace todo más fácil. Incluso hasta puedes morir
por eso. Porque eso le daría un sentido a la vida. Eso de morir por una
esperanza es mucho mejor que haber vivido en busca de ella. O si te pones a
ver, si esperas demasiado no te queda otro remedio que morir, pues lo esperado
nunca llega, o cuando esperas demasiado, cuando llega nunca es suficiente,
nunca es exactamente lo esperado. Porque los sueños se esculpen en aire, se
escriben en clave de vuelo, apresuradamente, sin tiempo de tomar nota,
ni hacer apuntes, ni pensar demasiado. Los sueños. Flotando en la barquita.
Mejor salir y dejar que la lluvia moje y ya. Soñar bajo el agua. Sobre el agua. Sólo soñar. Que todo pase. Que también pasará.
Incluso la esperanza. Yo espero. Que la esperanza. También pasará.
¿Qué pasa primero? ¿La lluvia o la esperanza?
Comentarios
Yo creo que la lluvia y la esperanza vienen juntas porque solo cuando nos dejamos mojar podemos tener esperanza!