Una mamá venezolana

Cada vez son más los casos de venezolanos que vienen a vivir a México. En estos días llegaron unos buenos amigos. Sus hijos son amigos de los míos y cuando se lo dije a mi hija mayor me preguntó ¿Ellos se vienen por trabajo o se viene por Maduro? Todavía no dan por sentado que la gente se va de Venezuela por la situación política. Mientras vivimos allá jugábamos a La vida es bella. No porque yo crea que las burbujas son la mejor estrategia de crianza, sino porque la realidad de Venezuela es tan dura y tan compleja que me parece que la para la niñez son una necesidad y una urgencia. Y no me arrepiento, porque jamás han sentido que Venezuela es un lugar hostil, del que huimos, sino que sueñan con volver y piensan en él con amor. Así mi trabajo de mamá también implica desarrollarles el sentido de pertenencia. Ese es uno de los retos de una mamá venezolana. No quiero hablar de las mamás migrantes, emigrantes, de las que se quedaron. Sí, nuestras realidades, conte...