La lectura y los hijos
Uno dice que promover la lectura en la casa es fácil. Pero en realidad no lo es. Claro que se hace más fácil cuando uno tiene el hábito como adulto. Pero aún así, muchas veces uno siente que ser papá o mamá es suficiente trabajoso como para además sacrificar las horas de lectura. Es algo que me suele pasar con todo. ¿Para qué voy a cocinar? Si puedo estar leyendo. ¿Para que voy a hacer ejercicio? Si puedo estar leyendo. ¿Para qué me voy a ir a tomar café con tal o cual amigo? Si puedo estar leyendo. Lo cierto es que a veces se nos olvida que la lectura lo abarca todo. Que la lectura alimenta la vida y la vida alimenta la lectura. Y hacer ejercicio, cocinar, tomar ese café en el que le cuentas a tu amigo sobre la vez que te conseguiste a un jugador del Barca o aquel recuerdo tan amargo que tienes de haber terminado con alguien que creías era una persona más definitiva en tu vida, todo eso alimenta la lectura. Pero sobre todo, nuestra vida como lectores se alimenta con nu...