Lo Que Nos Trajo el Niño Jesús

Esto sucedió hace ya varias semanas. Entro al baño para cambiarme de ropa, me miro al espejo y digo ¿te conozco? La respuesta no se hace esperar: sí, claro que me conoces. Nos conocimos hace dos años exactamente. En ese momento me pasó por la mente el futuro como si fuera una de esas películas independientes y locas. La gordura, el trasnocho, el no poder tomar, el cansancio, las estrías, el dolor, los primeros días, los dos meses sin vida propia, y la espera. La espera. La espera. Dios, para un ser impaciente como yo cómo pesa la espera. Un par de exámenes y una visita al médico más tarde estaba confirmado. El Niño Jesús vino antes este año y le trae a la pioja nada más y nada menos que un herminto/a. Me sentí feliz. Pero es curioso. Enterarte de que vas a tener un segundo chamo no es lo mismo que cuando viene el primero. Al menos en mi caso. No es igual cuando sabes todo lo que te espera. Al final, como cualquier cosa que vale la pena en la vida todo tiene su precio. La maternidad e...